Javier Ramos García, doblemente fundador

Javier Ramos García, doblemente fundador

A 50 años, impostergable la renovación, opina el docente

Javier Ramos García, doblemente fundador
A 50 años, impostergable la renovación, opina el docente

Con la experiencia de ser doblemente fundador del Colegio, Javier Ramos Salamanca, quien en 1971 entró a Vallejo y un año después se cambió a Oriente, considera que a 50 años de su apertura, el plantel precisa de una renovación y de que las nuevas generaciones de profesores hagan propuestas e imaginen nuevas formas de trabajo que motiven a los alumnos y enriquezcan su actividad docente.

Ramos es profesor de primaria y llegó al CCH luego de que uno de sus compañeros le platicara de la convocatoria. “Me animó para tomar el curso en la Facultad de Química, me gustó cómo se pensaba enseñar y con esta vocación que ya traía, me animé más. En Vallejo empecé impartiendo Física y Química”, rememora el docente.

Orgulloso de ser fundador por partida doble, de ambos planteles conserva memorias y experiencias muy ricas, como cuando quisieron entrar a Vallejo unos porros y maestros y estudiantes se organizaron para repeler la agresión, “no pasó a mayores, afortunadamente, pero eso nos dio una idea de que lo que podía hacer la unión de maestros y alumnos”.

En los años noventa, refiere, un grupo de profesores, incluido él, se dio cuenta de la tecnología los iba a rebasar y que seguían con materiales muy sencillos, entonces aprovecharon un apoyo para los docentes, el PASD, y se dieron cuenta de que se podía avanzar a través de esos recursos. “Metimos un programa de apoyos a los laboratorios por medio de PAPIME y nos dieron suficiente dinero para equipar los laboratorios con computadoras y sensores”.

Una vez en funciones, buscaron motivar a los profesores en el uso de las nuevas tecnologías, aunque les costó un poco que se animaran, poco a poco los docentes comenzaron a utilizar la computadora. “Los maestros nos decían que no sabían manejar el equipo, por lo que les recomendamos buscar el apoyo de los alumnos, que son muy diestros, y eso propició que maestros y chicos aprendieran juntos”.

Con el Modelo Educativo del Colegio, el maestro no tiene por qué saber el resultado final del experimento, sólo guiar al alumno para que trabaje, “lo cual nos ha dado muy buenos resultados y hemos ido a congresos, ferias y un montón de cosas, porque el alumno está motivado, es su experimento y su resultado, y es lo que van a mostrar a otros estudiantes, profesores e instituciones”.

 Eso ha sido uno de sus mayores aprendizajes del Colegio, considera, aprender a dejar a los chicos más libres, para que se desarrollen y aprendan, que tengan más experiencias enriquecedoras, no limitarlos ni imponerles nada.

“Y todo este aprendizaje no se ha quedado en el Colegio porque los alumnos han participado en congresos, tanto nacionales como internacionales, han convivido con bachilleres de otros estados y siempre han tenido una buena presencia”, asegura.

Compartir: