Ser una alumna de excelencia académica ha sido una característica de Vanya Fernanda Peimbert Hermosillo, estudiante del Colegio de Ciencias y Humanidades, plantel Azcapotzalco.
Más allá de haber obtenido el promedio máximo, la experiencia de haber formado parte del CCH cambió su forma de ver la vida. “Me ha abierto más panoramas, he formado varias amistades y no me arrepiento de haber estado aquí; sé que no hubiera sido lo mismo en otra preparatoria”.
En entrevista, la joven egresada señaló que el Colegio cumplió con sus expectativas, lo cual valora mucho, pues ahora se considera una persona más independiente, autónoma y responsable de su propio aprendizaje, actitudes que la ayudarán en los próximos desafíos universitarios.
“Aunque no estuve los tres años de manera presencial, desde el primer día de clases los profesores te hacen ser más independiente y no esperar a que tus papás o tus maestros te indiquen qué hacer; es quitarte ese miedo a vivir”, afirmó.
En una breve retrospectiva, la estudiante consideró que aunque estuvo casi dos años en clases en línea, obtuvo algo positivo: “Me ayudó mucho a aprender a controlar mis tiempos y mejorar mi disciplina, porque al no trasladarme (mi casa está a dos horas de la escuela) pude estar más descansada”, además de contar con el apoyo de su familia para evitar el estrés.
La enseñanza mayor, destacó, fue la autonomía, parte esencial de la UNAM, es decir, “ser independiente y valerte por ti mismo, desde explorar o viajar solo en un camión muy lejos de tu casa, hasta aprender a cómo relacionarte con los demás; perder el miedo a expresarte y opinar algo diferente frente a la mayoría”, dijo la alumna.
Importancia del compañerismo
Al referirse a lo que implicó obtener un 10 de promedio general, Vanya Fernanda consideró que parte fundamental fue “dejar de ser egoísta”, es decir, involucrarse más en conocer y aprender de sus compañeros y maestros.
Reveló que al ser una alumna de excelencia llegó a sufrir estrés por la exigencia de los demás, sin embargo, reconoció la importancia de mantener un equilibrio entre sus actividades escolares y la atención y cuidado de sus emociones.
“Mucha gente esperaba mucho de mí y tenía que sacar todo perfecto porque si no los defraudaba. Pienso que no puedes lograr algo estando mal, estresado; si no estás bien emocionalmente no puedes estar bien en otros ámbitos de tu vida. Sacar buenas calificaciones trae muchos beneficios y es bueno, pero hay que disfrutarlo más que nada, se tiene que aprender a disfrutar lo que los demás te enseñan”, dijo.
El poder trabajar en estas dos facetas le permitió a la joven llegar a una nueva etapa, pues cursará la carrera de Medicina, una especialidad que le apasiona y que requiere de mucha empatía y humanidad debido a su gran función social.
Por último, la estudiante se dirigió a los nuevos cecehacheros, a quienes recomendó que disfruten el tiempo en que estarán en el Colegio, “porque cuando menos vean, ya estarán a un paso de egresar, hay que saber equilibrar y no dejarse llevar, y aprovechar la libertad que te da una escuela como esta”.
