igualdad

Espacios docentes, oportunidad de crear conciencia

Dan conferencia sobre igualdad de género, a los docentes

Espacios docentes, oportunidad de crear conciencia
Dan conferencia sobre igualdad de género, a los docentes

“El esfuerzo de los docentes sólo alcanzará un alto grado de logro en la medida en que las conductas y prácticas de quienes participan en una institución educativa, directivos, trabajadores, docentes y estudiantes, vayan ajustándose para erradicar esos sesgos que afectan no sólo la educación, sino a la vida en sociedad, por lo que los espacios docentes son una oportunidad”, afirmó Mónica García Contreras, de la Universidad Pedagógica Nacional, al dirigirse a los profesores que participan en el tercer Seminario sobre las prácticas de género en el CCH.

Durante su conferencia "La perspectiva de género en la formación docente", la especialista sostuvo que “las y los docentes no pueden asumirse a sí mismas como entidades ajenas a la sociedad y a su búsqueda de bienestar, pues la educación tiene compromisos claros con valores como la democracia y la justicia y, por tanto, también con la equidad de género”.

Por ello, deben atender manifestaciones de desigualdad, como la participación diferenciada en el aula, la irrupción del habla de las mujeres; dominio conversacional de los varones, entre otros, “que se relacionan con los modos en que culturalmente se disponen los comportamientos aceptados y las expectativas planteadas para unas y otros en diversos ámbitos”.

Para ello, recomendó algunas estrategias, como identificar el sentir de los estudiantes respecto al clima de tolerancia en el aula; abrir vías para abordar los temas de género; hacer patente que en la clase se da el mismo valor a los comentarios emitidos por cualquier estudiante; poner atención a las interrupciones o los traslapes de turnos en el uso del habla, a las participaciones que el grupo censura o estimula y revisar el lenguaje que se utiliza tanto con ellas como con ellos y las actitudes protectoras hacia sectores de la clase.

En cuanto al uso de los espacios, éste se puede explicar a partir del modelo de masculinidad hegemónico, el cual sostiene que el patio, el jardín, los pasillos, son “dominio masculino”, pues se privilegia la fuerza física “y rechaza lo escolar como femenino, ordenado y modoso”.

Ante lo anterior, consideró importante poner atención a las formas de dominio y sumisión interpersonal entre pares, y frente a las manifestaciones de homofobia, lesbofobia, misoginia, burlas o acoso contra mujeres u hombres no se permanezca impasible, y, en cambio, se llegue a dialogar con los estudiantes sobre su relación con la feminidad o la masculinidad y los dilemas que surgen en las diferentes vías para la construcción de su ser como mujeres u hombres.

Otro aspecto es el lenguaje sexista, frente a lo cual recomendó preferir sustantivos genéricos y colectivos, realizar construcciones metonímicas, formular perífrasis o bien desdoblar los sustantivos. Las diagonales usadas en forma adecuada, dijo, también permiten extender el significado del sustantivo e incluir expresamente a las mujeres.

Sobre la discriminación que muchas veces se hace del trabajo de las mujeres, tanto en la academia como en lo laboral, la ponente propuso que se haga evidente información sobre lo que muchas hacen en ámbitos científicos o tecnológicos; por ejemplo, visitar talleres, empresas o instituciones donde se desempeñen mujeres, realizar cursos, talleres donde se identifiquen los grados de conocimiento o desconocimiento de manera que se disminuya la brecha de conocimiento entre estudiantes hombres y mujeres.

Al referirse a la violencia de género, presentó como propuestas abogar por un enfoque holístico que involucre a los estudiantes; lograr que los estudiantes se involucren junto con su profesor en la prevención de la violencia; que se trabaje en la elaboración de una definición común de acoso; se aplique sistemáticamente sanciones en caso de agresión verbal y física.

Asimismo, brindar orientación a los acosadores al tiempo que se aplican las sanciones; ayudar a los estudiantes víctimas de acoso; concientizar a quienes presencian actos de acoso para que denuncien, apoyen a las víctimas y desalienten este hecho; se reconozca y valore la actuación de los estudiantes que se ayudan entre sí para poner fin al acoso, y se garantice que quienes denuncien los hechos no sufran represalias, concluyó. 

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