La actividad impulsó saberes en Química

Degustan golosinas típicas

La actividad impulsó saberes en Química

Degustan golosinas típicas
La actividad impulsó saberes en Química

La explanada del plantel Oriente se llenó de olores tentadores y alimentos deliciosos con motivo de la Feria de Dulce Típico, organizada por docentes del área de Ciencias Experimentales para impulsar los conocimientos de las asignaturas de Química  y que se celebró el pasado 2 de mayo.

Entre los propósitos de esta actividad se encuentra el reconocer la importancia de los nutrientes contenidos en los dulces mexicanos, analizar el costo-beneficio en la elaboración de los mismos y enseñar a prepararlos de manera casera.

En los stands de la feria se exhibieron productos que despertaban el antojo, por ejemplo, mermelada de fresa elaborada esta fruta , azúcar y jugo de limón. En esta muestra también se enseñaron los pasos para machacar los productos, revolverlos y prepararlos y así tener un rico postre.

También se detalló el proceso de elaboración de picafresas a partir de fresas, chiles anchos, chile en polvo, limón, sustituto de azúcar y otros ingredientes que dan forma a esta golosina de moda. Por otro lado, se invitó a los asistentes a un apetecible escarchado de tamarindo.

Tampoco faltó la presencia del pan de elote, el cual es rico en potasio y ácido fólico, sustancias que ayudan a realizar funciones cerebrales, además de contener vitamina B1.

Asimismo, se invitaron tacos proteicos, que incluían nutritivos ingredientes como tamarindo, chapulines, arándano y naranja, ingredientes que tienen múltiples beneficios para la salud y auxilian en enfermedades y males como la fiebre, asma, problemas digestivos, etcétera.

Como complemento histórico, se explicó el origen de algunos alimentos, como los sabrosos dulces denominados borrachitos, los cuales tienen su origen en la creatividad de las monjas de los conventos de Santa Clara y Santa Rosa en los tiempos de la Nueva España.

Mientras, se comentó que el chamoy es una salsa de origen japonés derivada de un alimento denominado “umeboshi”, elaborada a partir de ciruelas y que llegó a México en el siglo XIX por un migrante nipón.

Por último, dentro del menú se incluyeron otras delicias como obleas con cajeta, paletas heladas de mango, “tarugos” con su respectivo tamarindo, así como palanquetas, chapu-chamoy, enjambre de cereal y mazapanes, lo que fue la combinación perfecta de sabor, aprendizaje y conocimiento.

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