Mario Solares relata la emoción de haber sido aceptado en Naucalpan

Crónicas Cecehacheras

Mario Solares relata la emoción de haber sido aceptado en Naucalpan

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Mario Solares relata la emoción de haber sido aceptado en Naucalpan

En aquel febrero de 2020 un profesor de la secundaria nos dividió en equipos para investigar cualquier noticia internacional y presentarla frente al grupo. Encontramos una noticia sobre un nuevo virus en China, pero le tomamos poca importancia, y de cierta forma nos burlamos de la situación. ¡Sorpresa!, una semana después entramos en pandemia. De alguna forma me emocionó tener un par de semanas libres, pero esas semanas se hicieron meses y los meses años.

Una mañana anunciaron que el examen Comipems se retrasaba un par de meses y eso me dio la oportunidad de estudiar todavía más y asegurar la entrada a mi primera opción: el plantel Naucalpan del CCH.

Mi hermana, quien es un año mayor, estaba estudiando en este plantel y lo mejor era entrar ahí. Así que presenté mi examen y me sorprendió haberlo pasado, no por no haber estudiado, sino que la forma para responderlo fue incomodísima. Mi madre me hizo presentarme con un cubrebocas extra, o sea doble; todo ello aunado a una pésima condición física.

Planeaba desvelarme hasta ver los resultados. Nos encontrábamos cenando en familia mientras la página se actualizaba. De repente escuchamos: “¡ya se pueden ver los aceptados!”. Aún recuerdo la sensación que tuve en aquel momento: de estar felizmente disfrutando mi cena, de pronto me costó respirar, mi corazón se aceleró hasta querer explotar, temblé como perro recién bañado y la única forma de calmarme fue respirando. “Hice lo mejor que pude”, me decía a mí mismo.

Me quedé en la tarde, un pequeño problema que me afectaría más adelante. Comenzaron las clases, pero en línea. No fue incómodo para mí, aunque perdí toda comunicación con mis amigos de la secundaria. Tengo un problema: se me complica comunicarme. ¿Qué dirán de mí? ¿Y si me equivoco? Momentos así ahora me dan risa. Solía sentirme triste durante las noches, pues no podía mandarle mensaje a nadie, no podía jugar con nadie, nada… Entregué tareas y proyectos, hice lo mejor que pude en mis presentaciones, en mis exámenes salía bien, pero lo que me afectó mucho fueron las participaciones en clase.

En esos dos semestres saqué el primer 6 en mi historia académica y ese fue un golpe bastante duro, me confíe de más y pagué por ello. Los siguientes semestres me esforcé muchísimo, fue difícil, me frustré mucho y a veces tenía ganas de llorar por la impotencia de no poder terminar un trabajo o saber que a mis compañeros de equipo no les importara cumplir.

A la par, entré a una carrera técnica y fue ahí donde encontré lo que me apasiona: Sistemas Computacionales y Desarrollo de Software. En los últimos semestres decidí ingresar a Desarrollo de Páginas Web. Con este conocimiento busqué carreras relacionadas y la que primero me llamó la atención fue Ciencia de Datos. Estoy más que seguro que eso es lo que quiero estudiar.

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