En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, en plena pandemia del Covid-19 y con más de cuatro décadas de llamados de organismos internacionales para que los gobiernos de las naciones protejan la naturaleza, los avances en esta materia han sido mínimos.
“Estoy indignada, la Organización de las Naciones Unidas tenía información del impacto y daño que se hacía a la tierra. No se defendió el medio ambiente”, afirmó la Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú Tum.
A pesar de que este tema tiene varios años de discutirse a nivel mundial, a 48 años de la Conferencia de Estocolmo, en 1972, donde se inauguró una serie de compromisos para su solución, mismos que se reiteraron en las ediciones siguientes en Río de Janeiro, Johannesburgo, Copenhague, Bali y Cancún, y los estragos se acrecientan de manera importante, señaló la también Premio Príncipe de Asturias, en la videoconferencia “La protección y defensa del medio ambiente postcovid”, organizada por la Facultad de Derecho.
Urge un pacto de emergencia
En este sentido, la defensora de las comunidades indígenas apuntó que actualmente existe un desafío, no se puede hablar del futuro sin hablar del pasado reciente, que fracasó.
La ONU, aseveró, no puede ser lo mismo de ayer, ni hoy. Tiene que existir enmienda a los vacíos. Hay que reconstruirse en los mecanismos multilaterales, bilaterales, nada en ausencia de los protagonistas de la vida. Las resoluciones del futuro tienen que tomar en cuenta lo que se ha dicho y hecho. Son las plataformas para ser aliento al futuro.
Por lo que hizo un llamado a la comunidad científica a que haga una crítica propia a ese pasado de convenciones, cumbres, sin perder de vista los avances. “Asimilemos este impacto para una nueva negociación, un pacto de emergencia frente al Covid-19. Es tiempo de la academia, del ojo profundo al pasado y futuro”.
El gran reto, precisó, es que las medidas que se han establecido no han sido coercitivas, no hay obligatoriedad, no hay sanciones y es un gran pendiente.
El Covid-19 es un enemigo desconocido, abundó, que irrumpió de manera drástica en la vida. Se instaló en nuestra existencia, irrumpió la paz a cambio del miedo, donde se resalta el individualismo. Lo más importante es la responsabilidad personal de hombres y mujeres, no importa la edad. Representa una encrucijada histórica, ya que nada será igual. Tenemos que reinventar lo que vamos a hacer y encontrar respuestas del futuro con realismo.
En este sentido, se mostró preocupada por aquellos derechos que están siendo trastocados: la soberanía, autonomía, hay que hacer tipificaciones de los derechos de los pueblos irrenunciables.
Se congratuló también de los esfuerzos que hace la UNAM en la comprensión del Covid-19, “los científicos están haciendo lo posible y nos orientan”. Finalmente, llamó a tener ánimo, debemos mirar la luz al final del túnel del tiempo que vivimos, y éste no existe si no lo creamos nosotros.
Mensajes de la naturaleza
Acompañaron a la defensora de los derechos humanos, el director y académicos de dicha facultad, Raúl Contreras Bustamante, Alberto Fabián Mondragón Pedrero, Alfonso Muñoz de Cote, Manuel Granados Covarrubias y Norka López Zamarripa, quienes coincidieron en la urgencia de atender el llamado de la madre tierra en favor de la existencia humana.
“Esta indignación debe ser compartida con los jóvenes estudiantes. Es tiempo de reinventarnos, hay que ser solidarios y comprometidos, ya que la madre naturaleza envía estos mensajes. Esta pandemia evidenció la falta de presupuesto en educación, ciencia y tecnología, ningún gobierno tomó las providencias cuando se pronosticaba un evento como éste. La defensa del medio ambiente es de sobrevivencia. La mejor vacuna es protegerlo”, concluyó Contreras Bustamante.
