Actualmente, una parte considerable de los jóvenes vive relaciones destructivas, lo cual impacta de manera importante en su salud mental, generando desde falta de concentración y ansiedad hasta episodios de depresión en todos sus niveles, incluso intentos de suicidio.
Así lo expresó Grisel Martínez Hernández en la charla “El amor, las adicciones y las relaciones tóxicas”, dentro del ciclo de conferencias Jornadas por la Salud, organizado por la Secretaría Técnica del Siladin.
La psicóloga y maestra de psicoterapia Gestalt precisó que una relación destructiva o “tóxica” se caracteriza por la presencia constante de agresión emocional, psicológica y física; su principal componente es la violencia que puede manifestarse desde pequeñas muestras como empujones, jalones o supuestas caricias fuertes con mala intención, hasta forcejeos, apretones o golpizas.
Sin duda, es una situación multifactorial donde la persona involucrada cree que así debe ser, ya sea por el ambiente familiar que ha vivido o por falta de reconocimiento propio, de compromiso o miedo a enfrentar una situación difícil.
Martínez Hernández referenció al sociólogo Zygmunt Bauman, quien señala que el amor líquido se caracteriza por la fragilidad de los vínculos humanos desarrollados en la posmodernidad.
“Si antes las relaciones eran más largas, ahora son desechables, ya no hay un compartir, un luchar y trabajar por algo en común; un individuo se relaciona con algún otro, luego lo desecha para relacionarse con otro de otras características, para volverlo a desechar y repetir la historia”.
Por tanto, es importante que en la escuela se generen redes de apoyo que sostengan a las y los jóvenes, así como espacios en donde se aborden estos temas, se escuchen sus voces y se tenga la asesoría de gente especializada. “La idea es acompañarlos en esa toma de decisiones, que sean lo más saludables y benéficas para ellos”.
Un joven no sólo debe contar con una buena condición física, también su mente y estado emocional tienen que estar sanos, ya que son los factores que conforman una salud integral para que vivan una vida plena, tanto en el ámbito de sus relaciones personales como en su trayectoria académica, finalizó.
