Hugo Wirth

Hugo Wirth, exalumno del plantel oriente

La formación extracurricular es vital, opina

Hugo Wirth, exalumno del plantel oriente
La formación extracurricular es vital, opina

Con más de dos décadas de trayectoria, a lo largo de las cuales ha ganado tres premios nacionales de dramaturgia y estrenado varios textos de su autoría en países como Argentina, Colombia, Alemania, España e Italia, el dramaturgo y director de escena mexicano Hugo Wirth es un orgulloso excecehachero, que recuerda con cariño y agradecimiento su paso por el Colegio, particularmente por el plantel Oriente.

Su madre estudió allí y para él fue natural convertirlo en su primera opción, la cual consiguió sin problema y definitivamente con emoción; era 1996, una época en la que no imaginaba más que una formación académica, el Colegio le ofrecía una educación para la vida, pues le dio las herramientas para madurar y formarse como un ser humano libre, responsable y capaz de adaptarse a lo que viniera.

“Todo era nuevo, diferente, era enfrentarse a una especie de libertad; ya no era la misma cosa de la escuelita, de que los maestros están todo el tiempo tras de ti, y aprendes cómo es que vas a usar esa libertad y qué tan capaz eres de aprovecharla”, recuerda quien fuera muchos años editor de la revista Paso de Gato.

Lo primero que aprendes, señala, es a enfrentarte a situaciones que te exigen como ser humano, tratar de establecer una disciplina y complementar la formación con la amplia oferta de actividades que tienes a la mano, institucionales y de colectivos como Cleta.

 

Diversas expresiones

Al paso del tiempo, Wirth está seguro de que la exposición que allí tuvo a diversas actividades y expresiones artístico-culturales fue fundamental para su desarrollo.

“La formación integral que te ofrece el sistema -opina- es prepararte para ser adulto y entender hacia dónde vas a caminar profesionalmente, yo tomé algunos cursos aquí y allá porque cuando entré no tenía idea de qué iba a hacer, y esa posibilidad de explorar fue la que me marcó y me enseñó el camino que seguiría más adelante”.

Hugo tenía ganas de estudiar teatro, pero en ese entonces, dice, “era y de qué vas a vivir; entonces, escogí Ciencias de la Comunicación, donde se refugian los artistas frustrados, pero se atravesó la huelga del 99 y fue un trancazo para todos enfrentarnos a ese tipo de experiencias, porque al final, formarte en CCH te hace ser más crítico, analizar el mundo de otra forma, cuestionar”.

Se convirtió en parte activa de la huelga hasta que, reconoce, se perdió el sentido, pero involucrarse en un fenómeno social le dejó grandes enseñanzas.

Al final del movimiento, le dieron la carrera de Ciencias Políticas y como no era lo que quería acabó poniendo pausa a su formación universitaria y comenzó a prepararse para la actuación, luego de haber hecho sus pinitos en teatro en el plantel Oriente. Creyó que eso era lo suyo hasta que a los 19 años ganó su primer premio nacional de dramaturgia y al año siguiente el segundo, para darse cuenta de que lo suyo era escribir.

Y esa es otra de las enseñanzas que, dice, le dejó el CCH, ser camaleónico, versátil, estar preparado para entrarle a todo, “ya que sabes investigar y tienes esa visión de entrarle a lo que sea, a no tener miedo”.

En esa etapa, a principios de siglo, entró como editor a Paso de Gato, revista especializada donde hizo de todo hasta convertirse en su subdirector; ahora reparte su tiempo entre la dramaturgia y un negocio de foto y video para eventos sociales, que, reconoce, le permite entrarle a lo que venga y aprender.

Y es que, aunque a 20 años de haberse estrenado en la dramaturgia, el teatro le ha dado muchas satisfacciones, como la de estrenar una buena cantidad de textos en Alemania, Argentina, Colombia, España e Italia, y estrenar en febrero Cartografía de una tormenta, con la Compañía Nacional de Teatro, la precariedad del medio lo orilló a buscar otras cosas.

Esa es otra ventaja que cree tener por ser excecehachero, que es capaz de adaptarse, porque “creo que todos vamos adquiriendo eso, pero sin duda el CCH te permite crecer más rápido; su sistema te hace darte cuenta de que es tu responsabilidad sobresalir o no; te ayuda a madurar más a prisa. Te ayuda a ver el mundo desde otras perspectivas menos paternalistas”.

Por eso, el actual estudiante de Ciencias de la Comunicación en el SUAyED de la UNAM recomienda a los cecehacheros de hoy aprovechar al máximo esta etapa, que es muy intensa y está llena de descubrimientos; porque además es una etapa en la que puedes experimentar y descubrir qué te gusta más, qué es lo te apasiona, hacer cosas no por cumplir y obtener un papel, el CCH te va a brindar esas herramientas y tú decides si las tomas o las desaprovechas. 

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