Durante la conferencia “Comiendo la historia. La comida en la época prehispánica”, la profesora Jocelyn Vázquez Toledano señaló que “el México de hoy está fuertemente relacionado con el universo prehispánico de las culturas mesoamericanas. Comemos, hablamos, soñamos sobre la base de la cosmovisión de nuestros ancestros”.
En su presentación en el Auditorio 1 del Siladin, en el marco de la fundación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), la profesora del plantel Sur mencionó que “muchas cosas de lo que hablamos tiene que ver con el mundo prehispánico, con esa herencia, de ahí nuestros usos y costumbres”.
En este sentido, recordó que celebraciones como el Día de Muertos están asociadas a la cosmovisión prehispánica y tiene que ver con los periodos de recolecta de las cosechas.
“La gran mayoría de las fiestas prehispánicas estaban relacionadas con las cosechas, lo que se debe a que su pensamiento residía en la base de dos deidades importantes para las prácticas de subsistencia: Huitzilopochtli (dios de la guerra) y Tláloc (dios del agua) por su importancia en el mundo”, dijo.
“Los ciclos agrícolas de los antiguos mexicanos residían sobre una base divina. Las culturas prehispánicas guardaban culto a las deidades de la naturaleza, sobre todo a aquellas que estaban relacionadas con el alimento”, expuso.
Por otra parte, indicó que de acuerdo con escritos de Fray Bernardino de Sahagún, las formas de cocinar eran similares a las del México actual; “esto se debe a que se usaban ingredientes como maíz, jitomate, aguacate, cacao y utensilios de piedra (molcajete y metate) para la preparación de los alimentos”.
De este mundo de la gastronomía prehispánica, destacó que “nuestros ancestros también generaron sus propias formas de cultivo, que fueron la milpa y las chinampas. La primera tiene una forma tridimensional, en la que se pueden sembrar diferentes cosas a la vez; en tanto, la chinampa por ser un sistema de cultivo artificial superpuesta sobre cuerpos de agua, que permite cultivar durante todo el año”.
Por último, expresó que las formas de producción de alimento de las culturas mesoamericanas eran “sustentables” y todos los recursos se aprovechaban.