Extinción

El ser humano es el responsable

Expertos invitan a cecehacheros al estudio de las geociencias y ciencias planetarias

El ser humano es el responsable
Expertos invitan a cecehacheros al estudio de las geociencias y ciencias planetarias

El impacto negativo del ser humano en los distintos ecosistemas naturales ha provocado que muchas especies estén en proceso de desaparecer, lo que ha llevado a que se considere una sexta extinción masiva por su causa.

Dicho tema fue abordado en el documental Evolución: extinción, el cual se proyectó a través de las redes sociales de Fundación UNAM, como parte del ciclo Evolución de la Vida, que organiza junto con Consorcio Universidades por la ciencia y el Colegio Nacional.

El material audiovisual, que aborda un aspecto crucial en la evolución de la vida: la aparición y desaparición de las especies a lo largo de millones de años, estuvo acompañado de una mesa de expertos conformada por Raúl Gío Argáez, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, y de Ligia Pérez Cruz, del Instituto de Geofísica.

Previo a la proyección del video, Araceli Rodríguez González, directora ejecutiva de Fundación UNAM, se congratuló de la actividad dirigida a los estudiantes de bachillerato, particularmente de acercarlos al desarrollo de las ciencias, a que definan su carrera hacia esta área.

“Nuestro objetivo es dar a conocer lo que hace la Universidad, a través de sus investigadores”, señaló.

En la evolución, las especies viven, compiten y mueren, entre un 95 y 99 por ciento de las especies que han estado en el planeta se han extinguido; en promedio una especie muere después de 4 millones de años de existencia, puede durar menos o más, todo es parte del proceso normal de extinción. Aquellas que no pueden adaptarse o competir crean oportunidades para nuevas especies, nuevas formas de vida en un ciclo sin fin. Así la evolución y la extinción están equilibradas, se explicó en el documental.

La existencia humana fue resultado de una extinción masiva hace 65 millones de años,

“ahora somos nosotros los que estamos causando otra, pero esta vez, quizás, no seamos tan afortunados al enfrentar la prueba más severa de la evolución”, se advierte.

Por lo que, si podemos retrasar el ritmo de la extinción causada por los humanos y evitar una extinción masiva por culpa nuestra, entonces el ciclo natural de la vida y la muerte, la extinción y evolución puede completarse a su propio paso, mientras tratamos de aprender más de él, se señala en el material audiovisual. 

En este sentido, Ligia Pérez, quien analiza sedimentos marinos en el océano Pacífico, de donde obtiene señales climáticas del pasado, compartió un ejemplo de lo que sucedió en el límite de los periodos geológicos del paleoceno y eoceno, muy similar a la situación actual; ya que en esa época se produjo un calentamiento de la tierra aproximadamente de siete u ocho grados, y en el mar de seis grados por una emisión de gases de efecto invernadero, como el C02 y el metano, por lo que en ese momento hubo extinción.

“Ese proceso se llevó en miles de años, y la recuperación en otros miles de años más, lo que nos dejan estos registros de los sedimentos es que actualmente estos cambios se están llevando en unas decenas o cientos de años, súper acelerado, la intervención del hombre lo está produciendo”,  explicó.

Actualmente, dijo la experta, lo que tendría que preocuparnos en este recambio de especies, que se ha producido por el cambio climático global, muy relacionado con la actividad que actualmente desarrollan los humanos. Para evitar las extinciones (especies) hay que evitar de alguna forma la ambición del ser humano, la devastación que está haciendo, por ejemplo, de la amazonia, los tomadores de decisiones tendrían que estar conscientes del daño ecológico que se hace a estos ecosistemas.

Estamos modificando los ecosistemas y propiciando cambios drásticos hasta el grado de las extinciones, para que se recuperen ecosistemas se necesita de mucho tiempo. El sargazo, comentó, es un ecosistema flotante que impacta otros ecosistemas y podría provocar la extinción de otras especies.

Raúl Gío indicó que hay dos tipos de extinción, uno gradual, constante a largo tiempo; y otro que puede ser ocasionado por un disturbio a corto plazo, que provoca una crisis biológica; en ambos la vida vuelve a salir adelante. Un ejemplo, fue el impacto del meteoro en Chicxulub, Yucatán, que enseñó qué tan resiliente es la vida, la recuperación de la vida.

Por lo anterior, dijo que es urgente tomar conciencia de todo esto, que los chicos participen con pequeñas acciones de manera que se pueda ir construyendo un mundo mejor; recordó que cada vez que se abre el refrigerador salen gases de clorofluorocarbonos, y se da un gasto de energía.

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