Ética ambiental

Ética ambiental

La naturaleza se ha vuelto un objeto consumible

Ética ambiental
La naturaleza se ha vuelto un objeto consumible

El ecoturismo es un fenómeno que va en ascenso, favorece la mercantilización de los espacios en donde se desarrolla, por ello debemos preguntarnos hasta qué punto es necesaria la preservación de ciertos espacios, alertó Gino Jafet Quintero Venegas, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.

En su conferencia “Ética ambiental y turismo rural”, organizada por el SILADIN del plantel Azcapotzalco, dentro del Ciclo de Conferencias 2022-2, Los Universitarios y la Investigación, puso énfasis en la necesidad de contribuir a la generación de espacios de recreación en los lugares de origen de las personas y con ello evitar la contaminación que provoca el turismo global.

La cuestión que se critica a partir de la ética ambiental, dijo, son los grandes contingentes de viajeros que se desplazan constantemente en el contexto global y que contribuyen, con su desplazamiento, a perjudicar la capa de ozono; “pues el turismo masificado es de las principales actividades humanas que contribuyen al cambio climático”.

Además, la cosificación de la naturaleza como objeto consumible, que se transforma en función de lo que se quiere a partir de la estética del espacio y no de las funciones de la naturaleza, indicó el investigador universitario.

Por otro lado, señaló, como parte del análisis de la ética ambiental se encuentran las nuevas tendencias sobre la modalidad al viajar, pues el turismo se comienza a extender como la panacea del desarrollo económico, social y de bienestar cultural.

En cuanto a la educación se tiene la idea de que los viajes dan conocimiento de las poblaciones o lugares que se visitan, situación que no siempre es cierta, sobre todo cuando se pasa todo el tiempo en un hotel.

El otro fin del turismo se encuentra en la idea de la liberación del hombre, respetando su identidad y, por último, el turismo se asocia con el desarrollo económico de los pueblos, todo lo anterior de acuerdo con principios de la Organización Mundial de Turismo (OMT).

Otro de los factores que influyen en el problema “es que el turismo ha desarrollado un imaginario en donde las personas que tienen cierto poder económico son las que se desplazan con mayor facilidad a otros lugares distantes”.

Para el estudio del caso, “es importante entender la dinámica del turismo como una actividad económica que durante el siglo XX e inicios del XXI, antes de la pandemia por Covid-19, se encontraba en medio de un crecimiento sostenido”.

Recordó que la OMT reportaba con precisión a un creciente número de turistas internacionales que viajaban por el mundo. “En 2019 se desplazaron por el planeta, de manera internacional, mil 400 millones de turistas, prácticamente la quinta parte de la población mundial, quienes cuentan con los mecanismos económicos para movilizarse al exterior”.

Por todo ello, pidió entender que la movilidad turística está vinculada a la globalización, pues después de la Segunda Guerra Mundial surgió el gran modelo de desarrollo económico estadounidense que implicaba la interconexión del planeta, así como el desarrollo territorial para reducir espacio y distancias, conceptos que es estudian en geografía económica y política para entender la movilidad actual.

Pensemos en la reducción de la distancia que se ha generado, por ejemplo, con en el tren bala en Japón o los trenes en Europa que se desplazan a más de 300 kilómetros por hora, esto para contar con más rutas turísticas que habilitan espacios para el turismo. 

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