Alan Fernando Álvarez Estrada

“En Historia no hay absolutos”

Elogia el Modelo Educativo y la excelente experiencia que tiene con sus profesores

“En Historia no hay absolutos”
Elogia el Modelo Educativo y la excelente experiencia que tiene con sus profesores

“Ganar la medalla de oro fue una satisfacción muy grande. Cuando entregué mi ensayo en la etapa final no descartaba la habilidad de los otros concursantes. Ver los resultados fue una experiencia muy grata”, afirma Alan Fernando Álvarez Estrada, quien compitió en la Primera Olimpiada Cecehachera del Conocimiento.

“Historia es algo que me apasiona, prácticamente todo lo que leo es sobre esta área”, dice el alumno, quien relata que, para el concurso había algunos temas que ya tenía dominados. Pero otros temas no, así que buscó lecturas: “Revisé artículos de internet, veía videos para entender algún proceso complejo de materiales escritos y también les expresé algunas dudas muy puntuales a mis profesores de Ciencia Política e Historia”.

El alumno de sexto semestre del plantel Sur elogia el Modelo Educativo: “Es como soltarnos al mundo, porque esta libertad te ayuda a ser autónomo, que te preocupes por entrar a tus clases, por investigar. El profesor es el apoyo, básicamente la enseñanza recae en ti”.

La experiencia con sus profesores, añade, ha sido excelente: “Te fomentan esa curiosidad y ese amor para adentrarse en su materia, no sólo se forja una buena relación entre alumno y profesor, fomentan que como grupo tengamos la confianza de expresar dudas o cuestionar”.

Álvarez Estrada platica que, al principio, las clases a distancia fueron difíciles: “Cuando tocó la situación del paro, se pausó absolutamente todo y no había comunicación con los profesores; teníamos que repasar lo que venía en los planes de estudio para no quedarse atrás y vino la emergencia sanitaria y el confinamiento. Veníamos de un modelo presencial donde tenías el gusto de convivir con tus compañeros y maestros, pero, de un momento a otro, ya no pudimos salir y debimos tomar clases desde casa, con todo lo que significa: distractores, problemas de conexión, que la comunicación no es tan continua, antes si tenías una duda la podías expresar y tenías respuesta inmediata”.

Asimismo, considera que en la educación básica hay poco razonamiento por parte del alumno: “Te ofrecen un relato en el que hay buenos y malos, pero cuando entras al bachillerato viene un cuestionamiento; hay muchos personajes de nuestra historia que son tachados como villanos, pero si investigas más te das cuenta de que no todo en ellos es malo. Descubres que no hay una historia de absolutos, hay matices”.

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