Como un viaje de exploración, el Cecehachero Film Fest amplía sus horizontes al llevar el séptimo arte a regiones donde difícilmente arriban propuestas culturales. Por segunda ocasión, Mineral del Chico y otros poblados de la montaña hidalguense conocen diversas narrativas visuales con enfoque social.
En entrevista, Brandon Ibarra García, director ejecutivo del festival, explicó que cada año se ha diversificado y modificado:
“en el tercer año nos convertimos en internacional y la pandemia nos ayudó a replantear nuestros objetivos. En 2021 entendimos que el Cecehachero tenía que estar en constante movimiento, no quedarse estático con las propuestas clásicas del cine, sino también entender que el público juvenil requiere de otras perspectivas, como el videojuego, el video expandido, el cine experimental y narrativas diversas”.
Asimismo, expuso que el mismo equipo del festival ha evolucionado con el proyecto y cada año hay temas y cosas nuevas:
“el Cecehachero, podríamos definirlo como la continuidad de la exploración, como un viaje de exploración”.
Por lo anterior, anunció que el siguiente festival tendrá una dinámica diferente a las últimas ocho ediciones, es decir, una diversificación en cuanto a temas y públicos, y el Cecehachero en la Montaña fue un paso importante para llegar a eso.
Rumbo a la cumbre
El festival llevó a Hidalgo la Primera Muestra de Cortometrajes Medioambientales, como resultado de la convocatoria que se emitió para realizadores nacionales; “nos compartieron diversas propuestas en un tema que a las comunidades les interesa mucho”, anotó Ibarra.
Para ello, se contó con el apoyo de pobladores y organizaciones de diversas regiones del municipio de Mineral del Chico, como Manos para Transformar, la Junta de Pobladores de Benito Juárez, el Consejo de Colaboración Ciudadana y el ayuntamiento de Mineral del Chico, Rancho Alta Gracia, La Casa del Té y el sitio web elchico.mx.
En la muestra se proyectaron Ahuaques. Los duendes del agua; Navegar, El lugar que aún respira, Lo primero fue sobrevivir, Vías de abundancia y el filme invitado Acueductos, de la edición pasada del festival.
También, Ibarra dijo que se impartió el taller sobre Lenguaje y Apreciación Cinematográfica de manera básica para estudiantes de escuelas primarias y telesecundarias, con el fin de darles el primer enfoque para apreciar el cine, “que sepan que incluso con sus dispositivos móviles ellos pueden hacer cine”, detalló.
Otro taller fue Cartografía Participativa, que tuvo como objetivo que los participantes conocieran su entorno y a partir de eso “pudieran entender dónde están ubicados y quiénes son a partir de ese nivel social y cultural”.
A esto se sumó Producción de Cine con Dispositivos Móviles, con el propósito de adquirir un bagaje muy general para que con sus propias herramientas, los jóvenes pudieran hacer cine.
“Fuimos a Cueva Blanca, Cebada, Carbonera, Benito Juárez; aquí se registró la mayor participación con 170 alumnos de telesecundaria. En la cabecera municipal de Mineral de Chico convivimos con los estudiantes, y con gran parte de la comunidad”, recordó el director del festival.
Vinculación
Sobre la experiencia de llevar nuevas miradas de la realidad a las comunidades, Ibarra García destacó que hay mucho que agradecer a la gente:
“el ánimo con que nos recibieron fue de tanto amor, cariño, quedamos encantados y agradecidos con las poblaciones. Son experiencias que nos ayudan a entender las necesidades que existen alrededor de la Ciudad de México y tratar de mover algo en ese sentido”.
“El cine es contar realidades ajenas a las que se vive cotidianamente y el hecho de que por lo menos generemos un cambio en uno o dos de ellos para nosotros es algo increíble”, explicó.
Asimismo, detalló que padres de familia participaron también en los talleres, incluso maestros:
“en general tratamos de integrar a todas y todos. En Cebada fueron muchas madres con sus hijos. En este caso, se aterrizaron conceptos que en el bachillerato se ven de manera básica, y se ejemplificaron con elementos que pudieran tener estas poblaciones”.
Para el Cecehachero, indicó, “es importante que los chicos entiendan que el cine no sólo son los superhéroes o dibujos animados, sino saber qué hay detrás de esto, como los valores humanos que refleja la película, los problemas éticos y morales, el desarrollo de los personajes, para ello es importante que tengan un lenguaje y un bagaje audiovisual, por lo menos general”.
A partir de lo anterior, explicó,
“que puedan rescatarlo, es decir, si hay una problemática a nivel social, familiar o personal puedan accionar a partir de contar una historia. De hecho, algunos chicos nos contaron que realizarán su película, ahora estaban seguros de que tenían en el celular una herramienta para contar historias”.
Nuevos públicos
El director del festival recordó que Cecehachero en la Montaña inició en el 2022 con la idea de acercar otra perspectiva del cine a comunidades. En la primera edición, que se realizó también en Mineral de Chico, se proyectaron filmes en las comunidades de Benito Juárez y Cueva Blanca.
El vínculo de conexión con estas zonas fue a través del profesor Carlos Bazán, del plantel Vallejo, quien también desarrolla actividades culturales en esta región; “nos invitó por el carácter formativo del Festival, fue algo muy padre”.
“Esa primera edición nos permitió entender las dinámicas, las problemáticas y los intereses de las poblaciones. La muestra fue de carácter social con temas medioambientales, de diversidad sexual y se complementaron con charlas y talleres”, finalizó.
