El pasado 27 de abril cerró la temporada de La llorona: la novia del pueblo, obra escrita y dirigida por Adrián Mata, en el Foro Shakespeare, con un lleno total y mucho público afuera que ya no logró conseguir una de las codiciadas entradas.
Esta obra nació hace más de una década en el plantel Naucalpan; se trató de un montaje que ganó en aquel momento el Concurso de Teatro Estudiantil.
La carrera de Adrián Mata, como la de todos los artistas escénicos, no ha sido fácil; sin embargo, su talento, creatividad y gusto por contar historias lo han posicionado en el lugar que ahora tiene.
Teatro Isla de Próspero se acercó a este creador escénico para preguntarle cómo inició su exitosa carrera y compartirla con toda nuestra comunidad.
Adrián Mata cuenta que en el CCH se dio cuenta de que quería ser actor, después de haber participado en el taller de puesta en escena.
Nos platica que a pesar de que existían otras opciones para estudiar teatro, él seleccionó este taller por su descripción, misma que prometía concluir con un montaje.
Adrián recuerda lo significativo que fue ensayar con la pequeña compañía los fines de semana en las instalaciones del INBAL, el rigor de esos ensayos, el ejercicio de quitarse los zapatos y tocar descalzo el escenario, el cuidado que se puso en el análisis del texto y la emoción que sintió al ver su nombre en un programa de mano y con una temporada en la Casa del Lago.
Ante la pregunta sobre qué área de la creación escénica le gusta más, Adrián responde que “todas tienen su propia catarsis, pero me gusta más actuar”.
Comparte que cuando se alejó de la actuación fue por procesos personales que en cierto momento de su vida le hacían esconderse y no querer ser visto, pero sus ganas de seguir contando historias lo llevaron a escribir y a dirigir.
Recuerda que participar como asesor en el Concurso de Teatro Estudiantil del CCH también lo preparó en la dirección escénica.
Como escritor, sabe que sus clases de TLRIID lo formaron, pero siente que fue la lectura de muchas obras dentro de nuestras aulas lo que lo ayudó a convertirse en dramaturgo.
Adrián piensa que todos los montajes en los que ha participado han sido significativos, pues en cada proceso se aprenden cosas nuevas.
“Cada director tiene una manera de trabajar distinta que te va formando y te hace crecer como actor”, asegura Adrián.
Recuerda con mucho cariño su primer trabajo profesional Un mundo raro, mismo que realizó en su último año de CCH y en el que compartió escena con Evangelina Elizondo.
También muy importante fue su participación en Florencia en el Amazonas, dirigida por Enrique Singer y que se estrenó el año pasado en el emblemático Palacio de Bellas Artes.
Este año, grabando la película de Amnesia, encontró un proceso creativo distinto en el que quiere seguir creciendo.
Asimismo, La llorona: la novia del pueblo también guarda un lugar especial en su corazón porque es una obra que ha crecido bajo su mano y que se ha presentado en distintos formatos y espacios, incluso fuera del país.
Por último, Adrián Mata revela que pese a haber conquistado las metas que se propuso desde que era un joven cecehachero, ahora sigue el prepararse.
El año pasado entró a un diplomado en la Escuela Libre de Artes Escénicas con maestros como José Caballero, Enrique Singer y Alberto Lomnitz, con la intención de seguir formándose y vivir de la escena, del teatro; él quiere vivir para contar historias.
Actualmente, Adrián trabaja como dramaturgo en la escritura de un proyecto dirigido a las infancias y comienza a ensayar La casa por la ventana, bajo la dirección de Gonzalo Villanueva, que se presentará los viernes de junio a las 20:30 horas en el Foro Shakespeare.