XXI Coloquio

Concluye el XXI Coloquio Nacional de EMS

Con la pandemia se revaloró la educación presencial y la importancia de las tecnologías

Concluye el XXI Coloquio Nacional de EMS
Con la pandemia se revaloró la educación presencial y la importancia de las tecnologías

La docencia no es un trabajo más, sino un acto de acompañamiento con pasión y amor, amor a la docencia, y amor al prójimo, en el sentido cristiano de este término; la pandemia nos está dejando una gran enseñanza, nos ha hecho recordar y poner en práctica nuestras habilidades de solidaridad social para reconstruir la convivencia en la escuela, donde la presencialidad se convierta en un renovado vínculo de reencuentro en torno a los proyectos educativos, pero también a los proyectos de vida de nuestros jóvenes, afirmó Benjamín Barajas Sánchez, director general del Colegio de Ciencias y Humanidades al clausurar los trabajos del XXI Coloquio Nacional de Formación Docente de Educación Media Superior.

Esta situación, agregó, permitió a este sector recuperar lo mejor de cada uno, como son “los valores fundamentales de la docencia, donde el profesorado asumió el rol de compañero, de guía y de asesor para auxiliar a miles y quizá millones de jóvenes, a impedir, con sus acciones, el desaliento y la deserción de las aulas, porque los obstáculos fueron muchos, desde la parte emocional hasta los problemas económicos, que se vincularon con las carencias de conectividad y de equipos, sin descontar que no estábamos, en su mayoría, capacitados para el uso de las nuevas tecnologías aplicadas a la enseñanza y al aprendizaje”.

 

Reflexiones institucionales, personales y comunitarios

Al presentar la relatoría de los trabajos realizados en el Coloquio Nacional, Elizabeth Hernández López, jefa de Sección del Área de Talleres del plantel Naucalpan del CCH, detalló que fueron cinco días de trabajo donde se compartieron metodologías, saberes, experiencias y un sinfín de recursos teóricos y conceptuales en aspectos prácticos de la didáctica, así como técnicas de negociación pertinentes entre el profesorado y el alumnado en el marco de la pandemia, todas encaminadas  a la reflexión en términos institucionales, personales, y comunitarios.

 De manera cuantitativa, dicha actividad contó con mil 50 ponentes a través de 549 ponencias aceptadas, dirigidas a un total de 4 mil 124 personas inscritas. Para la sistematización de los trabajos participaron 50 dictaminadores, 50 responsables académicos, ocho coordinadoras académicas, 128 moderadores y dos coordinadoras generales, todos integrantes del CCH y de la Red Nacional de Educación Media Superior, a quienes agradeció por su labor.

En cuanto a los ejes temáticos desarrollados, la docente compartió que se reflexionó sobre la necesaria redefinición y replanteamiento de los modelos de educación presencial en línea e híbridos o mixtos, por lo que se presentaron una serie de novedosas herramientas interdisciplinarias y recursos digitales para la docencia, en la búsqueda de una democracia digital que integre diseños institucionales, mecanismos tecnológicos que faciliten la interacción entre profesores y estudiantes a través de lazos horizontales para la toma de decisiones en conjunto; y hacer un uso más eficiente de los recursos comunitarios disponibles.

En el ámbito de la innovación educativa, en la mesa de debate de la flexibilización de los modelos curriculares se plantearon preguntas centrales, como qué significa innovar, cómo se relaciona con las teorías cognitivas, qué relación tienen la innovación con temas transversales como la interculturalidad, el género y con valores como la humildad, el respeto, y el trabajo colaborativo.

Con respecto a la perspectiva de género y su impacto en la currícula, coincidieron los profesores que la pandemia acentuó la inseguridad, y la violencia contra mujeres estudiantes y diversidades sexo genéricas, por lo que se destacaron propuestas y metodologías de transversalización de la perspectiva de género en los planes y programas de estudio, así como en el diseño e implementación de un programa permanente de formación en género para funcionarios, profesores, estudiantes, trabajadores y familias. También se llamó a delinear acciones institucionales para impulsar una política de trabajo que considere y valore la esfera privada de las mujeres.

En el aspecto de las estrategias de atención psicopedagógicas para los estudiantes frente a la pandemia se destacaron temas de atención como acoso escolar, violencia de género en redes socio digitales, la educación inclusiva y la atención a la diversidad. Sobre la innovación y formación continua se problematizó acerca de cómo mejorar los conocimientos, las competencias, y las aptitudes del profesorado con una perspectiva interdisciplinaria y con un enfoque intercultural en sus objetivos, procesos y contenidos y en términos de técnicas y metodologías.

 

Pertinente y oportuno

Al hacer uso de la palabra, Ernesto García Palacios, exsecretario general del CCH e integrante del comité organizador, subrayó que el Coloquio Nacional formó parte de los festejos del 50 aniversario del Colegio de Ciencias y Humanidades.

La pandemia, señaló, ayudó mucho a revalorar la educación presencial. Los alumnos desean tener un profesor al frente al que le puedan formular sus dudas, inquietudes; pero al mismo tiempo se revaloró la educación a distancia y la importancia que tienen las tecnologías.

“Ha sido un espléndido acto académico, importante por el momento que se vive” y retomó las palabras de Carlos Lomas, “la educación tiene poder, pero no tiene todo el poder”, por lo que no sólo corresponde a las universidades y sus bachilleratos atender la problemática. “La educación habita entre el deseo y la realidad, entre lo que podría hacerse y lo que en verdad puede hacerse, entre lo ideal posible y entre el querer y el poder”. 

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