14 de febrero, más que osos y chocolates

Por relaciones interpersonales sanas y estables

Se requiere equilibrio en la autoestima para que no haya desigualdad ni abusos

Por relaciones interpersonales sanas y estables
Se requiere equilibrio en la autoestima para que no haya desigualdad ni abusos

El amor y la amistad son dos de los valores más importantes para la convivencia entre los jóvenes, por eso, en este 14 de febrero, más allá del consumo  de la efeméride, los jóvenes deben estar conscientes de que no hay mejor forma de disfrutar esos sentimientos a plenitud que cultivando relaciones sanas, destacó Julia Luna Vilchis, académica del plantel Sur.

A propósito del Día de San Valentín y la celebración del amor y la amistad, Vilchis hizo énfasis en que la juventud debe apostar por construir y disfrutar relaciones interpersonales más abiertas, incluyentes, tolerantes y no violentas, para lo cual es importante una autoestima equilibrada, que le permita relacionarse con la otra persona sin desigualdades, abusos ni maltratos.

Recordó que son tiempos de cambio; en otras épocas se justificaba la violencia en las relaciones de pareja; la celotipia, la posesividad y gran parte de ello era reforzado por lo que se veía en el cine, en las telenovelas, en las convivencias cotidianas con familiares, en las canciones que describían un cierto modo de convivir, que no promovía el respeto.

Afortunadamente, a partir del siglo XX y del XXI se habla de una transformación, es decir,  hay un cambio de paradigma.

El fenómeno del amor, expresó la académica, “lo vemos y vivimos desde que el ser humano es un agente social, hoy tenemos las bases de los derechos humanos, las demandas y exigencias feministas, y entonces ya no es correcto aceptar el golpe, el chantaje, el maltrato y la manipulación, sea con una pareja o con una amistad”.

Desgraciadamente, con la pandemia se agravaron los problemas de violencia en las relaciones de familia y, en general en las relaciones de pareja, así como en la forma de socializar de muchos jóvenes.

En el regreso a los planteles se observan diferentes tipos de integración y entonces habrá comunidades en las cuales haya más tolerancia, comunicación y convivencia, y otras en las que no tanto, indicó.

En ese sentido, dijo, es importante el trabajo de la institución, particularmente en la promoción y difusión de relaciones sanas entre los pares y entre los no pares, por ejemplo con maestros, trabajadores y personal administrativo de la Universidad, es decir, impulsar relaciones de respeto, tolerancia e inclusión a todos los niveles.

Si como personal docente promovemos que los alumnos tengan una salud mental, respeto por su persona y por los otros, el asunto de los límites de la tolerancia y la convivencia obviamente se transformarán.

“Cuando hablamos de relaciones afectivas sanas y de manera institucional existe el apoyo de psicólogos, trabajadores sociales, filósofos, críticos de la cultura, los chicos y chicas analizan que lo que ven como natural, no tiene nada de natural, y entonces viene un cambio de actitud”, expresó la docente.

Eso se trabaja desde el Departamento de Psicopedagogía de los cinco planteles, que junto con la  Dirección General del CCH promueven este tipo de conocimientos, para que los chicos transformen lo que no les permite un crecimiento como seres humanos integrales.

También está el papel de la familia y, en ese sentido, abundó, se desarrolla el proyecto Escuela para padres, para que ellos entiendan el proceso de la adolescencia que están experimentando con sus hijos; es importante que tomen conciencia de los nuevos retos a los cuales se enfrenta la juventud contemporánea y tener las herramientas para acompañarlos y guiarlos.

El 14 de febrero tiene que ser más que chocolates y osos de peluche, es un día que habla de una tradición arraigada en la cultura occidental que vale la pena conocer. “Platiquen con sus maestros de Filosofía, de Griego y de Latín, y entiendan los símbolos que se juegan alrededor y celebremos la amistad y el amor, dos conceptos que vale mucho la pena, no solamente observarlos en el otros, sino vivirlos nosotros mismos”.

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