Conversatorio Literatura

Conversatorio Literatura escrita por mujeres

Se construye como un entorno de resistencia

Conversatorio Literatura escrita por mujeres
Se construye como un entorno de resistencia

La literatura se construye y reconstruye como un espacio de resistencia ante la violencia machista, coincidieron poetas, escritoras y luchadoras sociales reunidas en el Conversatorio Literatura escrita por mujeres, organizado en el marco de los días de activismo convocado por el 25N, Día Internacional de la Eliminación de la Violenia contra la Mujer.

Rommy Guzmán y Cristina Arroyo, del departamento de Difusión Cultural de la Dirección General del CCH, fueron las anfitrionas de la charla en la que la gestora cultural Brenda Cedillo habló del taller que imparte, en el cual, dijo, “reflexionamos sobre la importancia de leer a mujeres en el contexto que vivimos, porque la literatura de ellas es diferente a la de ellos debido la violencia que han vivido; hace falta hablar sobre cómo la violencia también atraviesa los espacios literarios”.

Yadira del Mar López, zapoteca, yerbera y poeta, se congratuló de que se aborden estos temas: “Creo que la literatura está plagada de discursos machistas, dicen que nuestra escritura no tiene la calidad de los textos que escriben los hombres, que no tiene sentido, que somos emocionales y carecemos de razón. Y yo reivindicó esta vulnerabilidad, es necesario hablar de las emociones que atraviesan nuestros cuerpos y contextos”.

Para la especialista en victimología estos espacios son fundamentales “porque nuestra escritura tiene que ver con el hecho de resistir, hablar, plasmar lo que creemos y defendemos, lo que sentimos y las enseñanzas que acumulamos a lo largo de nuestra vida; en mi caso, mis poemas y textos hablan de ser indígena y lesbiana, cuando era adolescente buscaba temas de lesbianismo y me encontraba que sólo había hombres que abordaban este tema, cuando para ellos es algo desconocido”.

Entonces su literatura habla de las machorras, que desde el feminismo lésbico es una palabra que buscan reivindicar; mujeres libres, que rompen el estereotipo de femineidad, “las admiro profundamente, resisten mucho más las violencias machistas y patriarcales porque son señaladas constantemente. Históricamente, han tratado de borrar nuestra voz, hemos sido silenciadas en el ámbito de la literatura, tuvieron que firmar como anónimos”.

Alma Karla Sandoval, doctora en Literatura, quien participó desde España, lamentó que a ellos y a veces a nosotras mismas no nos importen las historias de las mujeres. “Llevo 20 años escuchando a las maestras y las quejas son similares sobre esta discriminación. A muchas les han dicho: escribes tan bien que no se nota que eres mujer, al participar en concursos les va mejor cuando los seudónimos son masculinos. Y es importante mencionar y apuntar hacia esta violencia, no sólo decir el violentador eres tú, el que no nos lee eres tú, el que nos impone un canon eres tú”.

La poeta y periodista se refirió a lo que llamó el imperio del agrado, de hacer lo que papi quiera, “que nos acepten, ganarnos los premios importantes, que no nos juzguen, que nos nos excluyan y escribir sobre temas que sabemos que van a premiar, a mí me ha funcionado, el libro ganador no tiene que ver con lo femenino,  porque se le reconoce desde esta mirada patriarcal, como lo débil, lo dulzón o poco original”.

La premiada poeta Adriana Ventura consideró que para efectuar cambios, todas las ideas y pensamientos nos deben atravesar el cuerpo, hasta que eso no suceda no podemos terminar con esta violencia, agresión y silenciamiento, “¿por dónde tendríamos que empezar?”, se preguntó.

“Va a sonar fuerte, pero no creo que nuestra función o tarea sea tirar el patriarcado, a mí me gustaría decir: quédense con su mundo como lo construyeron, ustedes hicieron esta porquería, yo quiero construir un mundo nuevo, diferente, donde no haya violencia y donde compartamos y respetemos todas las vitalidades”.

Eso implicaría, reconoció, “dejar de hablar de premios, porque es una construcción patriarcal, cuando las mujeres incursionamos en la literatura nos dejamos llevar por todo este panorama de becas, concursos y editoriales, tenemos que hacer una revisión ética”, concluyó.  

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