UN ÚLTIMO CARNAVAL

Obra de Hernán Lara Zavala

La más reciente novela del autor trata sobre la juventud de los años 60

Obra de Hernán Lara Zavala
La más reciente novela del autor trata sobre la juventud de los años 60

El mundo ha girado desde la última vez que vivimos nuestra primera adolescencia. Seguro han ocurrido un sinfín de acontecimientos tanto personales como nacionales e internacionales.

Esto anterior lo supo entender y expresar de manera conversacional Hernán Lara Zavala, quien recién publicó su novela El último carnaval, donde narra la vida adolescencia y juventud de Adrián, con un escenario que combinaba, como un bacanal, el rock and roll, Ciudad Universitaria, las lecturas y Magdalena, ese primer amor que termina por hacer girar su mundo.

El disparo de arranque de esta historia es la infancia de Adrián y su relación con Jorge, su hermano mayor, quien pertenece a la banda Los Calacos, una pandilla como las que aparecieron en los años 60 o 70, bajo la influencia, acaso, del cine estadunidense y nacional.

El casi niño Adrián tendría que probar su valentía para poder ingresar a esa cofradía, pero, ante todo, ganarse el respeto de Jorge, quien era el líder de esa banda. 

La novela de Lara Zavala está contada con un gran oficio, pues la narración tiene un tono conversacional, de calle, hecha con la urdimbre del slang que imperaba en esa época, pero sin hacerla “costumbrista”.

Novel generacional, sobre todo de la caída o desaparición de una generación que se ha ido, que se diluyó después de la matanza en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco. 

El último carnaval se deja leer desde una nostalgia, pues cada capítulo abre con una breve semblanza de un cantante de la época del rock and roll, como Buddy Holly, Chuck Berry, Bill Halley o Elvis Presley.

Lo que logra Lara Zavala en su libro es reconectar a generaciones tan distantes como la actual y la nacida en la caldera de los años 60, donde la revolución ideológica y las consignas de libertad eran la heráldica que sustentaba la lucha social.

Más allá de ser una novela generacional, de una generación traicionada y combativa, lo que teje y desteje Zavala es una historia de amor genuino, de amor adolescente, que es un espejo de su propio tiempo, pues tanto Adrián como Magdalena componen una suerte de yin-yang que complementa una narrativa de un tiempo y una juventud punta de lanza para las venideras.

Y sí, en estos dos personajes se revive el amor desde una tradición muy citadina, con telones de fondo que quienes vivimos en la capital entendemos, y que seguro que también es como asistir a un concierto de rock, con la voz de Ritchie Valens como atmósfera musical.

La obra, que avanza con mucho dinamismo, se divide en capítulos que son, de alguna manera, la forma en que el autor nos muestra el paso del tiempo, la efervescencia de un presente diegético.

Narrada en primera persona, El último carnaval nos muestra ese final de fiesta, el colofón de un grupo de amigos que entienden su vida de las muchas maneras que pueden, y esto, muy simbólicamente, Zavala nos lo cuenta con la pelea callejera donde se rompen mitos y se crean nuevos.

Pareciera que con esta obra, el escritor mexicano cierra un ciclo de su propia historia de vida, aunque no es una autoficción.

Zavala nos dice (se dice a sí mismo) que esto que narra en El último carnaval es una declaración de principios de toda una generación, no sólo de él, sino la comunidad, ese yo plural que avanza entre catorrazos y amoríos.

Por su parte, el autor, quien ha sido ganador de los premios Bellas Artes de Narrativa Colima para Obra Publicada, Premio José Fuentes Mares, Premio Elena Poniatowska, Premio Real Academia Española y de la Medalla Yucatán, deja huella de su paso por su propio tiempo.

Para los alumnos del Colegio de Ciencias y Humanidades sería ideal leer esta novela para comprender las diferencias y similitudes entre dos generaciones que, en apariencia, son diferentes, pero que en el fondo tiene ideales parecidos y entienden, de algina manera, el mundo muy parecido.

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