Entender la problemática social que representa el trabajo infantil. Ese fue el propósito de la charla impartida el pasado 22 de enero por Cristina Lorena Rubí Vite, socióloga por la Universidad Autónoma Metropolitana y quien actualmente cursa la Maestría en Estudios Políticos y Sociales en la UNAM, donde realiza su tesis enfocada a trayectorias laborales desde la infancia.
La charla, titulada “Trabajo infantil y trayectorias laborales”, formó parte del cierre de semestre del Programa Jóvenes Hacia la Investigación en Humanidades y Ciencias Sociales y fue organizada por el profesor Javier Ruiz Reynoso, del Área de Talleres de Lenguaje y Comunicación del plantel Azcapotzalco.
La especialista recalcó que los datos y estadísticas que miden un fenómeno social son de gran valor para una investigación. “Saber que cinco millones de niños mexicanos trabajan es relevante para su análisis; el propósito de esta plática es reflexionar, desde nuestra propia trayectoria de vida, para entender lo que está pasando en torno al trabajo infantil”.
Así, precisó que “no todas las tareas realizadas por los niños deben clasificarse como trabajo infantil. De hecho, la participación de niños o adolescentes en trabajos que no atenten contra su salud y su desarrollo personal ni interfieren con su escolarización se considera positiva; por ejemplo, cuando colaboran en un negocio familiar, en tareas que realizan fuera del horario escolar o durante las vacaciones para obtener un ingreso extra”.
En ese sentido, definió cuál es el trabajo infantil que se debe erradicar: “La Organización Internacional del Trabajo (OIT) lo define como aquel que priva a niños y adolescentes de su potencial y dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico”.
La ponente explicó que para analizar este fenómeno ha hecho uso de una herramienta sociológica llamada “Perspectiva de curso de vida”, que se usa para estudiar los nexos entre las vidas individuales y el cambio social.
A partir de estos conceptos, la especialista mantuvo interacción con los jóvenes presentes y juntos reflexionaron sobre los diferentes matices que envuelven al fenómeno. “El trabajo infantil tiene beneficios como aprender habilidades, sirve para no quedarse solos en casa, alejarse del ocio y ocupar su tiempo libre en distintas actividades sin que sean descuidados por sus padres”, concluyeron.
