La idea que dio origen al Siladin surgió a partir de los contenidos del Plan de Desarrollo del Gobierno Federal (1989-1994), que en el punto 6, correspondiente a Educación, planteaba una transformación educativa para promover el desarrollo nacional y, entre otros aspectos, destacaba la revisión de los contenidos curriculares y el fortalecimiento de la investigación científica y tecnológica en todos los niveles, incluida la formación básica de los estudiantes, explicó el profesor Enrique Zamora Arango, del plantel Naucalpan.
Como parte de las ponencias ofrecidas en la jornada académica para celebrar los 25 años de este espacio científico del CCH, Zamora Arango recordó que la creación del Sistema respondió a las necesidades de apoyar la formación del alumnado en una cultura básica en ciencias, más acorde con las necesidades del país, y de contribuir a resolver problemas vinculados con la docencia de las asignaturas de ciencias experimentales.
Desde su creación, el Siladin ha tenido un recorrido no exento de dificultades y limitaciones, pero apoyado por el esfuerzo de académicos y destacados estudiantes, cuya misión ha sido crear un espacio que fomenta el gusto de los cecehacheros por la ciencia, inspirara nuevas vocaciones y, con el tiempo, se consolidara como un semillero de futuros investigadores.
Fondos tripartitas
Con la intención de hacer realidad lo que se exponía en el discurso, el entonces rector José Sarukhán Kermez planteó una solicitud de préstamo al Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El primer acercamiento contempló un inversión de 250 millones de dólares, y entre los argumentos que expuso la Universidad fue que la prioridad era atender en el bachillerato la enseñanza y práctica de las ciencias experimentales, los proyectos de investigación y el desarrollo de habilidades.
A finales de 1992 se obtuvo una respuesta favorable y el préstamo se realizó el 18 de enero de 1994, por un monto de 122 millones, pero también colaboran el Fondo Español Quinto Centenario del Descubrimiento de América con 30 millones, a los que se sumaron 78.5 millones del gobierno federal, a cargo de Carlos Salinas de Gortari, para alcanzar un total de 230.5 millones de dólares.
El primer Siladin fue inaugurado en octubre de 1996 en el plantel Naucalpan, aunque el nombre de Siladin no se mencionara en la placa que se develó, ya que este Sistema surgiría después con los primeros académicos que laboraron en este espacio para describir la esencia de lo que ahí se desarrollaría.
CREA y LACE, el primer paso
Los Laboratorios de Creatividad (CREA) surgen para promover que los estudiantes de los primeros semestres, con ayuda de sus profesores, realicen proyectos de iniciación a la investigación y, en particular, el uso de la experimentación como forma de acceder al conocimiento científico.
Por su parte, los Laboratorios Avanzados de Ciencias Experimentales (LACE) tienen la finalidad de apoyar a los estudiantes “avanzados” con vocación o interés hacia el estudio de las ciencias para que, en su momento, tomen una decisión razonada sobre la carrera de su elección; además, promueven la organización de actividades que apoyen la formación de profesores de ciencias experimentales.
Zamora Arango recordó que en sus primeros años ambos laboratorios recibieron apoyo para la adquisición de materiales y equipo, posteriormente se trabajó en la generación de aspectos de dirección y legislación; además, se crearon comités de apoyo a la experimentación, se llevaron a cabo las muestras de materiales de la Secretaría de Servicios de Apoyo al Aprendizaje, Muestras y Congresos Siladin.
En los años posteriores se organiza la Muestra Siladin, con un enfoque hacia la comunidad y amplía sus actividades, surge el Boletín del SemSilab, se crean los Talleres de intercambio de propuestas y soluciones para los laboratorios curriculares (TIPS), que apoyan el conocimiento, uso y cuidado del equipo de laboratorios.
Asimismo, se crea la secretaría auxiliar del Siladin, se coordinan los programas de Jóvenes hacia la Investigación en Ciencias Naturales, Matemáticas, Sociales y Humanidades; se organizan cursos de formación de profesores en ciencias (IER-CCH) y las muestras Siladin se transforman en el Encuentro de profesores. Durante la emergencia sanitaria, el trabajo se traslada a escenarios virtuales, donde “sí existe una cantidad muy importante de actividades en línea”, destacó el profesor.
