La pandemia de coronavirus ha trastocado todos los ámbitos, entre ellos, el educativo, lo ha expuesto a varios retos y ha enfrentado a sus integrantes, la idea de brindar una buena educación a todos, de no mirar las desigualdades o bien de identificarlas y a partir de ellas generar estrategias, han sido las prácticas de los últimos meses en diversas instituciones educativas, sobre éstas y otras cuestiones reflexionaron los docentes del CCH.
De la mano de la experiencia de Leonel Pérez Expósito, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, e integrante del Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE) y de la International Network on Human Rights Education, los docentes conocieron algunas posturas en torno al papel de la escuela, en la videoconferencia: “Una educación justa. Desigualdad y educación: una visión equitativa”, organizada por el plantel Naucalpan.
El investigador partió de la idea que existe una sociedad desigual con una larga historicidad y la escuela participa en la construcción de una sociedad desigual, pero con la característica de que esta diferenciación puede aceptarse como justa.
Sobre el derecho a la educación, que es una vía para responder qué es la desigualdad educativa, explicó el ponente, debe tener cuatro características: asequible, accesible, aceptable, y adaptable.
En el país, señaló, en casi todos los municipios y comunidades hay una escuela. Es la institución de mayor penetración que tiene el Estado, pero el hecho de que sea disponible no quiere decir que sea accesible, en México la educación tiene un conjunto de costos asociados que muchas veces no se pueden cubrir y se convierten en barreras.
La situación actual por la pandemia, apuntó, ha revelado que la accesibilidad a la educación depende mucho de la situación económica de los estudiantes.
También ha evidenciado la dificultad que tienen las autoridades para discernir cuáles son los contenidos aceptables para todos.
El derecho a la educación no implica sólo que todas las personas estén en la escuela, sino qué tan aceptable es, si es una buena educación, indicó.
Es la oportunidad de tener conciencia de que no se puede atender de la misma manera a personas desiguales, no pueden ser iguales las tareas ni el seguimiento, también es un buen momento para cuestionarnos el problema de la evaluación, finalizó.
