Para acabar con la discriminación es necesario cambiar modos de relación

Por una sociedad igualitaria

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Para acabar con la discriminación es necesario cambiar modos de relación

En la penúltima sesión del Seminario Central de Prácticas de Género en el CCH, René López Pérez, integrante de la asociación Género y Desarrollo, Gendes, habló sobre los retos en materia de igualdad de género, entre ellos, cuestionar modelos tradicionales de roles de hombres y mujeres, así como la necesidad de ejercer liderazgos igualitarios, detener la violencia y aprender a solucionar pacíficamente los conflictos.

Durante la ponencia “Hacia la construcción de masculinidades saludables e igualitarias”, el especialista explicó los conceptos de igualdad de género y masculinidades alternativas, y en un ejercicio con participantes mostró la importancia de generar y trabajar por una cultura del buen trato.

De acuerdo con López Pérez, las masculinidades alternativas son modelos alternos de masculinidad que se construyen desde parámetros distintos a los hegemónicos. Estos emergen desde la toma de conciencia en cuanto a los impactos del género, así como de las transformaciones del entorno, entre las cuales están las legislaciones, la tecnología y las organizaciones.

Al preguntarle a los asistentes “¿qué es para ti la igualdad de género y por qué debería importarle a los hombres?”, respondieron con palabras como respeto, equidad, derechos, oportunidades, dignidad, justicia, empatía, responsabilidad y amor a la diversidad.

 

Reconocer la desigualdad

El investigador afirmó que la igualdad debe concebirse como un derecho humano que reconoce las cuestiones históricas y culturales que provocaron situaciones de desventaja para las mujeres.

“Entonces, la lucha de la igualdad requiere modificar esas relaciones de poder y situaciones estructurales que reproducen y perpetúan la discriminación. En ese sentido, una medida de igualdad es que las mujeres estén representadas al 50 por ciento en los cargos de elección popular”, expuso.

No obstante, el especialista comentó que este tipo de acciones no son suficientes, pues si las condiciones estructurales colocan a las mujeres en una situación más favorable, esto es un avance, pero no representa que hayamos llegado a la igualdad.

“La igualdad implica que trabajemos en las cuestiones estructurales. Ha sido un concepto mutante, que ha cambiado a través de la historia; como la entendemos ahora, implicaría por lo menos la cuestión de la equivalencia humana, es decir, hombres y mujeres valemos lo mismo”, dijo.

 

La no discriminación

El también economista señaló que otra dimensión es la igualdad de derechos y, en términos generales, México ha avanzado mucho pues existe un buen marco jurídico, ya que las leyes y reformas se han reconocido en los tratados internacionales.

Sin embargo, comentó que al tratar el tema de la no discriminación aparece un problema, “porque una cosa es que la ley establezca ciertos derechos y la no discriminación hace referencia a qué tanto esos derechos realmente se aplican en lo cotidiano”.

Como ejemplo, expuso el caso de que a las mujeres les piden prueba de no gravidez cuando solicitan un empleo y les condicionan el no embarazarse, de lo contrario puede haber un despido. “A eso se refiere la no discriminación, a que sus derechos al trabajo y demás, realmente estén garantizados en lo cotidiano, en la vida real”, explicó.

 

Impulsa la autonomía

Para el investigador, “la igualdad tiene sentido o se refleja cuando hay una verdadera autonomía personal, es decir, cuando las personas pueden llevar adelante su proyecto de vida, en cosas tan básicas”.

No obstante, comentó que la igualdad se ve transgredida cuando las mujeres tienen que elegir su vestimenta en función de los lugares por los que transita para evitar el acoso, que para cualquier hombre es intrascendente. “Cuando a un hombre se le ofrece un trabajo en otro estado no lo tiene considerar con su pareja o su padre, en cambio la mujer sí. Estas condiciones van coartando sus posibilidades y no permiten la autonomía real”.

Por último, destacó la importancia de promover el cuidado y el autocuidado, pues “es preciso que los hombres redescubran su cuerpo y su emotividad, que aprendan a tener cuidado de sí mismos y a manejar sus sentimientos, sin delegar esta tarea a las mujeres. A medida que consigan cuidarse a sí mismos emocionalmente, comenzarán a entender mejor qué significa tener cuidado de otros y otras”.

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