Hace poco más de 10 años se estrenó la cinta Interstellar, una aventura de ciencia ficción que cautivó rápidamente al público y a la crítica especializada.
En su momento se comparó incluso con 2001: A space odissey, sin embargo, me pareció que Interstellar era un producto “medio” y las comparativas con el trabajo de Kubrick me parecían extrañas. Actualmente, 10 años después, entiendo un poco mejor la visión del filme y su repercusión.
Comenzando con la trama, en una visión muy realista del futuro donde el planeta Tierra está pereciendo, el objetivo como humanidad ya no es avanzar científicamente, sino hacer que los modelos antiguos vuelvan a funcionar.
Cooper (Matthew McConaughey) es un ingeniero, expiloto que se convirtió en un granjero, ya que ese es el nuevo reto de la humanidad: lograr cultivar más comida y crear una sociedad autosustentable.
Cooper tiene un llamado (“fantasma”) que lo guía a una instalación secreta de la NASA; desde ahí, emprende el viaje del héroe y acepta una misión para encontrar y visitar tres posibles planetas donde la humanidad pueda mudarse.
En el espacio, la relatividad, el tiempo, comienza a ser el tema central de la película. A altas velocidades el tiempo transcurre más lento, es decir, mientras Cooper envejece apenas un par de años, su hija Murph (Jessica Chastain) ya es una adulta.
El suspenso en Interstellar se basa en saber en cuánto tiempo podrán lograr la misión. Por eso, al final la solución recae en Cooper entrando a una quinta dimensión, en un espacio sin tiempo donde puede cumplir su propósito: comunicarse con Murph y ayudarla a salvar a la humanidad.
Interstellar hace un gran trabajo contando una historia verosímil, retomando teorías cuánticas sobre el espacio y utilizando la teoría de la relatividad para dar golpes narrativos a los protagonistas.
Por otro lado, también enaltece a la raza humana, reflexionando sobre lo que ha logrado, su capacidad de utilizar todos sus recursos para crear cosas que hasta hace años parecían imposibles. De manera romántica, Nolan asegura que la raza humana nació en el planeta Tierra, pero no morirá con ella.
Sin embargo, con todo lo bueno que tiene, pude recordar varias cosas que no terminan de funcionar para mí, como un suspenso tropezado durante la estadía en el planeta Miller o la abrupta despedida de Cooper a su familia. Mucho de esto pareciera que se perdió cuando el formato IMAX no le permitió a Nolan tener la duración que inicialmente esperaba para la película.
Pese a todo, Interstellar sigue sin consolidarse como una experiencia completa para mí, pero entiendo las imágenes tan inspiradoras del universo, lo imponente de los planetas visitados y la idea del amor como algo que perdura más allá del tiempo. Dudas y sugerencias a: luis@cchfilmfest.com