En busca del pensamiento complejo

En busca del pensamiento complejo

Aprender es una tarea que hoy se debe hacer desde la multidisciplina

En busca del pensamiento complejo
Aprender es una tarea que hoy se debe hacer desde la multidisciplina

Para Giselle Goicovic, el pensamiento complejo es una forma de entender mejor la realidad y se requiere, como plantea E. Morin, tener un enfoque integrador, globalizador, y un caso así es el de Leonardo Da Vinci, quien trató de vincular la arquitectura y el cuerpo humano, un aspecto de su interpretación de la naturaleza y del lugar de la humanidad en el “plan global de las cosas”.

En este sentido, en mi clase de Filosofía en el CCH, tuve una experiencia valiosa cuando realicé para mis alumnos un video corto sobre el tema del Pensamiento complejo, de E. Morin. Lo hice breve porque, como indica la neurocientífica B. Oakley, el cerebro procesa mejor los contenidos entre más breves son.

Así, los alumnos vieron el video cuando tuvieron tiempo y, en clase, les pedí que en equipo eligieran un ejemplo de la vida cotidiana, familiar, con amigos, científico o de alguna materia o grupo político en particular y que aplicaran el pensamiento complejo, para ver el fenómeno de forma global, aplicando varias interpretaciones, a fin de que estuviera en condiciones de conocer mejor el fenómeno o el ejemplo.

La respuesta no estaba en mi video, tampoco, aunque buscaran en internet sobre el pensamiento complejo de Morin, iban a poder construir el ejemplo. Fue muy gratificante platicar con cada equipo sobre cómo ir construyendo el ejemplo y cómo ir buscando diferentes interpretaciones que, sumadas o entrelazadas, pudieran ayudar a comprenderlo y buscar alguna solución.

Lo que más me gustó es que los vi en el proceso de invención, forjando un pensamiento propio, aunado a que lo elaboraban y lo pensaban junto con los compañeros de equipo.

Me queda claro que la enseñanza no puede seguir siendo sólo llenar a los alumnos de información y enviarlos a leer cientos de páginas; quizá, si logramos apasionarlos con el enfoque de la problemática o del cuestionamiento, el estudiante vaya por sí mismo a leer toda la información que quiera para aclarar su pensamiento o sus dudas.

Con los alumnos en clase se puede ir construyendo un pensamiento complejo; se da un ejemplo y cada uno puede aportar diferentes perspectivas o enfoques para entrelazar, hilar, sumar, englobar varias perspectivas o teorías. Considero que la actividad despierta su inquietud y confronta el pensamiento unidimensional, y los puede llevar a seguir buscando información sobre el pensamiento complejo.

Quizá los conduzca a entender que no es válido un pensamiento lineal, porque puede derivar en dogmatismo. Lo que planteo es que es necesario pensar la enseñanza como un asunto dinámico, como fue el propósito del CCH cuando se creó el modelo del Colegio de “aprender a aprender”. Y aprender es un asunto que en la actualidad tenemos que enfocar desde la multidisciplina, desde la visión de varias perspectivas.

Otra cuestión es que el salón debe interpretarse como un espacio de total libertad, ya que, si el alumno se siente en confianza, y no se le presiona ni se le regaña o castiga, puede pensar con más fluidez. Pensar con fluidez, no tiene tanto que ver con aplicar la teoría que se está investigando de forma lineal, ni aplicarla sin ver su diversidad, y dice Giselle Goicovic que “entonces se interconectan distintas dimensiones de lo que conforma lo real que tenga una visión global, pero sin descuidar lo particular”.

La forma de trabajar de Leonardo destaca por una forma integradora de las ciencias, señala Goicovic, usando la técnica, la filosofía y el arte. En nuestras escuelas no hacemos integraciones, por ejemplo, no se usa el arte para explicar una teoría, se desechan los mitos que tienen un gran contenido de saber.  Todo se valida sólo si es un planteamiento lógico. Pero a la lógica le falta un saber integrador, global.

Es necesario también pensar en la motivación a los estudiantes cuando estamos en el aula, y también es importante que eduquemos para la creatividad. Por ejemplo, Leonardo integraba la pintura en todas sus investigaciones. Por eso, como lo he planteado, la pintura en la enseñanza posee un potencial para la creatividad, y es necesaria para poder inventar nuevas soluciones, respuestas e interpretaciones.

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