Jazmín San Juan Moreno

Danza con la excelencia

Tiene promedio de diez y quiere estudiar en el INBA

Danza con la excelencia
Tiene promedio de diez y quiere estudiar en el INBA

Cuando Jazmín obtuvo su primer 10 de calificación le cayó de sorpresa. “Sí me esforcé, pero no lo sentí como excelente, fue una motivación grande y me dije: ‘sí puedo, voy a seguir así el siguiente semestre’ y así me seguí. En la primaria era de seis o siete, en la secundaria subí a ocho y, de vez en cuando, nueves. No sé qué pasó en el CCH. Hubo un giro de 180 grados. Empecé a desarrollarme más en las artes y fue una de mis mejores inspiraciones, fue el impulso que necesitaba para decir ‘ok, voy a echarle ganas para seguir con mi escuela y mi educación artística’ y así fue”.

Jazmín San Juan Moreno, del plantel Naucalpan, tiene promedio de 10 y cursa el sexto semestre. Al egresar, quiere estudiar la licenciatura en Danza Folklórica, en el INBA. “Siempre he tenido el apoyo de mi familia y no se me facilita mucho la escuela, pero trato de dar el máximo para mantener el promedio y no atrasarme por alguna otra circunstancia”.

Comentó que sus papás son muy motivadores: “Mi mamá me puso límites, me dijo que si quería seguir en el mundo de las artes y que me pagara las mensualidades, había que ponerle ganas a la escuela. Desde que era pequeña observó que me gustaba bailar y me metió a cursos, pero fue en la secundaria cuando me dije ‘esto es lo mío’. Tomé un Taller de Danza y eso me despertó a la vida. Es energía, pasión. Al salir de la secundaria busqué seguir con esa disciplina e intenté con otras áreas. También me gustan las matemáticas y me inscribí en talleres de Física, Química, pero ninguno logró lo que siento con la danza. Sí me agradaban, pero se me hacían tediosos y aburridos. Con el baile no pasó eso. Me gusta todo tipo de danza, pero la folklórica provoca algo en mi interior”.

En la secundaria, relató, tuvo profesores muy estrictos que les pedían escribir varias cuartillas cuando hacían investigaciones: “Exponer, explicar y siempre era bajo la premisa de ‘así les va a tocar en la prepa’. Yo me preguntaba cómo iban a ser así de malvados los profesores. Pero nos fueron preparando”. 

Jazmín describe lo que para ella es lo mejor del Colegio: “Muchos tenemos este orgullo universitario que a veces se recrimina, creo que su comunidad es muy valiosa, te sientes integrado, parte de la UNAM. Conozco chicos que son una bomba en matemáticas. Tuve la oportunidad de inscribirme en un Taller de Astronomía, con un profesor fabuloso y todos los integrantes del taller, de verdad esos tipos sí son como Einstein, muy inteligentes. Su comunidad tiene de todo, cerebritos, súper escritores, buenos cantantes, chicas con voces divinas, bailarines, creo que todas sus ramas están bien forjadas y unidas”.

La alumna confiesa que las clases en línea se le han dificultado mucho: “Ha sido un reto muy grande, soy una persona que se distrae con mucha facilidad. Al estar en el salón, el profesor está enfrente y su mirada te impone para dejar de hablar, o su voz te obliga a poner atención, pero de repente cambiamos estar en casa con tantos distractores y tener la comodidad de acostarte un ratito”.

La pandemia, considera, ha sido horrible y perjudicial para todos: “Me incomoda un poco, porque tenía la idea de entrar a una carrera de la UNAM y buscar la oportunidad de irme de intercambio. Planeaba entrar a danza y, después de dos años de acoplarme, si mi promedio e historial me lo permiten, entrar a Nanotecnología”.

Sobre la educación en general, la destacada cecehachera piensa que se le da mucho peso a la calificación: “Sí estoy orgullosa de mi promedio, pero no me considero la persona más inteligente. Más bien creo que es el resultado de mucho esfuerzo y dedicación, pero no porque me haya esforzado significa que soy Einstein o algo así”.

En cuanto a desarrollo académico, Jazmín cambiaría “esencialmente el rollo de que la inteligencia sólo se divide en matemáticas, español y habilidades científicas; yo le pondría más atención a otro tipo de áreas. Pienso que la salud y la inteligencia emocional son muy importantes y las dejamos de lado. A veces nos esforzamos tanto en llegar a una meta, que descuidamos mucho cómo nos sentimos”.

El mayor problema de México, cree, es la educación. “En un periódico apareció: ‘Feministas rayan paredes’, al lado, en una nota más pequeña informaba el homicidio de una chica por su pareja. La Iglesia es parte de este gran problema, pues ha inculcado ideas muy extrañas que aún prevalecen. En el ámbito de la política, muchos votos para Peña Nieto fueron porque estaba guapo”.

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