Durante la emergencia sanitaria la Universidad no cesó en sus investigaciones, pues gran parte de ellas se enfocó en las nuevas exigencias que provocó llevar el proceso de enseñanza-aprendizaje a casa, así lo mencionó María de las Mercedes de Agüero Servín.
La doctora, exfuncionaria de la CUAIEED, compartió información sobre los estudios que encabezó, además de encuestas e informes que dan cuenta de lo que se logró y no durante el periodo de la pandemia.
La también docente de la materia de Género, Violencia y Ética Comunitaria detalló que parte de los análisis y reflexiones se concentran en documentos como el informe general Transición de los profesores de la UNAM a la educación remota de emergencia durante la pandemia 2020; La educación remota y digital en la UNAM durante la pandemia. Panorama general; así como Expectativas y Prospectivas de docentes universitarios ante el retorno a las actividades presenciales en la UNAM, que publicó la CUAIEED.
Algunos de estos datos los compartirá en el Congreso sobre la Investigación Educativa en el Aula desde la Experiencia Docente, que organiza el Colegio de Ciencias y Humanidades a través de su Secretaría de Planeación.
Adelantó que de lo más importante que se consiguió durante la pandemia fueron las interacciones didáctico-pedagógicas de los profesores, se lograron reproducir muchas prácticas. Lo que más le funcionó a la Universidad fue la formación continua y la docente que empezaron a lanzarse desde distintas dependencias. Nos capacitamos, fuimos aprendiendo y eso se reflejó inmediatamente.
Como profesores, precisó, “ganamos en formación, en las tecnologías, en interacciones; hicimos las cosas mejores, nos esforzamos y ahora en el regreso a las aulas las seguimos utilizando. Hay para preservar todo lo que hemos aprendido y mejorar”.
Señaló que la creencia de que los estudiantes perdieron en aprendizaje es una hipótesis que no comparte, y lo cual contrarresta con los resultados de los exámenes de ingreso a la Universidad.
Los estudiantes dicen que aprendieron más y dedicaron más horas a investigar y a hacer tareas, sin embargo, comentó, no han tomado conciencia de todo lo que cambió en ellos. La gran pérdida de los jóvenes de bachillerato fue la vida juvenil, y ésta se desarrolla, en gran parte, en las escuelas.
Otro dato para destacar es que más del 60 por ciento de profesores y estudiantes reportaron que enfermó un familiar o directamente el padre o madre durante la pandemia, ante esto, recalcó que debe trabajarse el duelo y la pérdida, y no detener las emociones en los chicos. Sin duda, subrayó, hay que investigar más para diseñar intervenciones, como institución tenemos un nicho de oportunidad.
Para finalizar, la especialista con 40 años de trayectoria profesional y quien encabezaba una serie de estudios en la subdirección de investigación en educación de la CUAIEED, desde 2018, compartió su interés por las prácticas docentes, el conocimiento y el aprendizaje, el pensamiento práctico, la enseñanza de las matemáticas, entre otras temáticas.
