Las historias de mujeres asesinadas en México van y vienen, pues el feminicidio se convirtió en una realidad jurídica en México hasta el 14 de julio de 2012. Antes, esos crímenes eran catalogados como pasionales.
Muchas carpetas de investigación, antes de la tipificación del delito y después, siguen sin recibir condena alguna y, desgraciadamente, los asesinos continúan libres e impunes. Ejemplo de ello es el caso de Liliana Rivera Garza, asesinada el 16 de julio de 1990, a manos de su exnovio Ángel González Ramos, expuesto en el libro El invencible verano de Liliana, escrito por la hermana de la víctima, la escritora Cristina Rivera Garza.
Desde sus primeras páginas, el lector es testigo de cómo la intimidad de una persona se abre para contar una dolorosa historia, guardada por más de 30 años. A lo largo de 11 capítulos de esta obra, yace la historia de una joven, de una mujer, un cuerpo pleno de goce y dueña de su propia libertad. Amante de la música y la arquitectura; amiga, hermana, hija, compañera, alumna y maestra de vida.
A través de cartas, apuntes, dibujos, notas en papelitos sueltos, cuadernos escolares, diarios y otros escritos, Cristina Rivera Garza arma un cuidadoso rompecabezas de la vida de Liliana. Desde su juventud en Toluca y después, a su paso por la Ciudad de México, para estudiar la carrera de Arquitectura en la Universidad Autónoma Metropolitana. Otro punto geográfico importante es el número 658 de la calle de Mimosas, donde estaba su refugio, centro de reunión con amigos y el lugar donde fue asesinada.
El invencible verano de Liliana registra también las voces de Ilda Garza Bermea y Antonio Rivera Peña, sus padres; así como testimonios de sus amigos, que hablan de su cotidianidad, incluidos sus amores.
Allí aparece Ángel González Ramos, quien conoció a Liliana desde muy temprana edad. Al principio fue una relación convencional, pero el tiempo la convirtió en una convivencia tortuosa, que Liliana, con fuerza de voluntad, lograba calmar pese a que la amenazaba con suicidarse si lo abandonaba o con matar a su familia.
La importancia de este texto es la reflexión sobre por qué, qué hacer, qué decir para explicar a los demás cuando alguien ya no está. Igualmente, es una exposición documentada sobre cómo identificar abusos en las relaciones, teoría feminista, pero, sobre todo, un testimonio invaluable e imprescindible en contra de la violencia de género en México y cómo los familiares de las víctimas, a pesar del tiempo, siguen en busca de justicia.
