poesía

Antología en Textos en Rotación

La publicación reúne a los poetas más significativos

Antología en Textos en Rotación
La publicación reúne a los poetas más significativos

La poesía es uno de los géneros literarios más practicados por la juventud de los cinco planteles del Colegio de Ciencias y Humanidades. Y también se podría decir que es uno de los más leídos, al menos, por los adolescentes. En él hallan la vena dolorida del desamor, la traición y la soledad, tópicos universales ad hoc en el ánimo de los estudiantes bachilleres.

Aunque no es sencillo acercar a los autores clásicos al interés escolar, con la Breve antología de la poesía de los Siglos de Oro (col. Textos en Rotación), cuya selección y notas fueron realizadas por el director general del CCH, Benjamín Barajas, el alumno tiene una excelente oportunidad de adentrarse en el complejo mundo de esta poesía culterana.

En su texto de “Introducción”, el director general acierta a decir:

 

La presente antología reúne a los poetas líricos más significativos de los Siglos de Oro, mediante una breve selección de sus mejores poemas, para que los jóvenes se introduzcan a las obras de estos y otros autores; pues nuestro propósito es formar lectores y, para lograrlo, en la antología, se hace una brevísima presentación de cada autor y se incluyen notas de vocabulario y de contenido, para asegurar que el estudiante comprenda los poemas y, con base en ello, los pueda disfrutar, valorar y recomendar.

 

La lista de autores abre con el importantísimo Garcilaso de la Vega, con ese hermoso soneto “En tanto que de rosa y azucena”, que termina con un terceto cuyo primer verso es muy eficaz:

 

Marchitará la rosa el viento helado,

todo lo mudará la edad ligera,

por no hacer mudanza en su costumbre.

 

A De la Vega le sigue una pléyade: Santa Teresa de Jesús, Gutierre de Cetina, Jorge de Montemayor, Francisco de Terrazas, Fray Luis de León, Francisco de Aldana, Fernando de Herrera, San Juan de la Cruz, Luis de Góngora, Lope de Vega, Francisco de Quevedo y sor Juana Inés de la Cruz.

La elección de cada uno de los poemas es prolija. Es un libro bien calibrado en cuanto al peso de cada poema. Contiene algunos infaltables en cualquier antología, como el “Madrigal”, de Gutierre de Cetina:

 

Ojos claros, serenos,

si de un dulce mirar sois alabados,

¿por qué, si me miráis, miráis airados?

Si cuanto más piadosos,

más bellos parecéis a aquel que os mira,

no me miréis con ira,

porque no parezcáis menos hermosos.

¡Ay, tormentos rabiosos!

Ojos claros, serenos,

ya que así me miráis, miradme al menos.

 

Pero no sólo es la gran selección que hace el doctor Barajas, sino la precisión con la que va guiando a los lectores con aquellas palabras en desuso, lo que permite tener mejor comprensión de los poemas. Con esta combinación, apunta a ofrecer una antología hecha de esencia, como lo asegura el director general:

 

La poesía ha sido creada para establecer una comunidad, y también una comunión de lectores y escuchas; ya que, como diría el filósofo Martín Heidegger, la lengua y su expresión más elaborada, que es la poesía, no es un adorno, sino el fundamento del ser.

 

Puedo confesar que tengo mis poemas preferidos, y de don Francisco de Quevedo son ellos, especial los dos últimos tercetos de “‘¡Ah, de la vida!’... ¿Nadie me responde?”

 

Ayer se fue; mañana no ha llegado;

hoy se está yendo sin parar un punto:

soy un fue, y un será, y un es cansado.

 

En el hoy y mañana y ayer, junto

pañales y mortaja, y he quedado

presentes sucesiones de difunto.

 

Parados en pleno Siglo XXI, es de suma importancia –si la intención del lector es escribir poesía–, leer y comprender a los autores del Siglo de Oro, pues en ellos se concentra la exactitud del verso junto con la arriesgada metáfora y la inteligencia culterana. Fomentar lectores, como lo propone el director Benjamín Barajas, sólo puede lograrse con la publicación de libros como esta antología. 

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