La inclusión y la visibilización de las mujeres son muy importantes

La formación de docentes debe ser prioridad

La inclusión y la visibilización de las mujeres son muy importantes

La formación de docentes debe ser prioridad
La inclusión y la visibilización de las mujeres son muy importantes

De acuerdo con Azucena Solís, investigadora y experta en temas de género,  una educación con perspectiva de género implica “la formación de la nueva personalidad del individuo sobre la base de la equidad entre los sexos, buscando alternativas que le permitan acceder de manera igualitaria a los servicios que brinda el sistema educativo que gradualmente se transforma y sin discriminación”.

Además, la equidad establece que es posible alcanzar la igualdad a partir de mecanismos compensatorios que toman en cuenta las diferencias y las brechas de desigualdad existentes entre mujeres y hombres.

Lo anterior lo explicó Lilia Guzmán Marín, coordinadora del Seminario Central sobre las Prácticas de Género en el CCH, durante la conferencia “La perspectiva de género en la formación docente”, que dirigió a los profesores del CCH como parte de la última sesión “Construyendo espacios con igualdad y equidad de género”.

 

Definiciones y conceptos

La coordinadora indicó que la perspectiva de género es un concepto que se introduce como resultado de las luchas de las mujeres en el siglo XX, el cual implica reconocer la problemática, las desigualdades y los estereotipos que las ponen en desventaja.

Las Naciones Unidas, refirió, la consideran como una forma de ver el mundo, es decir, una visión, un enfoque teórico y político, el cual permitirá conocer, describir, comprender y analizar las relaciones que se gestan entre los diversos géneros, principalmente, entre el género binario: hombres y mujeres.

En tanto que género, de acuerdo con la literatura especializada, son “las características femeninas o masculinas adquiridas por los individuos desde la cultura, a través de un proceso que es simultáneamente social e individual”.

Guzmán Marín agregó que se trata de un aprendizaje sociocultural no definido por la biología, por lo que el género puede no coincidir con el sexo biológico de una persona, que se encuentra determinado por los cromosomas. Por ello, su aplicación en el ámbito del currículo escolar es relevante, ya que es donde se forma el tipo de hombre y mujer que se quiere.

La especialista citó a César Coll, quien considera la perspectiva de género como la concreción de un proyecto social y cultural, planteado en términos de intervenciones educativas y medios para obtenerla.

“Se presentan los conocimientos previamente seleccionados y organizados para su enseñanza y aprendizaje. Es un proyecto, un eje orientador, una propuesta educativa”, dijo.

 

Educar con perspectiva de género

Guzmán Marín señaló que educar en género implica el reconocimiento y la visibilización de las problemáticas de desigualdad e inequidad y la violencia de género, así como reconocer, respecto a “nuestras propias concepciones como docentes, el predominio del enfoque androcéntrico implícito en el currículo o bien, la ausencia de la perspectiva de género”.

En ese sentido, destacó la necesidad de impulsar una cultura de igualdad y equidad de género que se vea de forma explícita en su currículum, y se aborde la perspectiva de género en el marco de los derechos humanos.

También tiene que trabajarse en la formación docente en temas con perspectiva de género para hacer frente a una exigencia ya generalizada en los centros educativos respecto a la igualdad y equidad de género. Además, ser incluyentes desde la planeación didáctica, planear los contenidos considerando la bibliografía de mujeres científicas y destacadas en su área.

Asimismo, se requiere abordar temas relacionado con valores, de género y de derechos humanos; crear un ambiente igualitario y un clima cálido en el salón de clases, poner atención en el lenguaje e impulsar uno inclusivo y de respeto; visibilizar a las mujeres en su participación, al igual que a los hombres, así como a las personas no binarias.

Por último, Guzmán dijo que debe estar acompañado de un análisis introspectivo por parte del profesor: ¿de qué modo el profesor mira la vida?, ¿cómo concibe al ser humano?, ¿cuál es su concepción del mundo?, ¿cómo construyo la realidad?, ¿cómo concibo a la educación?, ¿qué significa para mí la labor docente?, ¿qué idea tengo de la institución educativa?, es decir, ser conscientes de lo que somos, de lo que esperamos y en lo que podemos contribuir.

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