Los cinco planteles del Colegio de Ciencias y Humanidades toman vida con el ir y venir de sus aproximadamente 60 mil jóvenes, quienes recorren salones, laboratorios, auditorios y pasillos. Sin embargo, también están en los espacios abiertos, con sus compañeros y amigos ríen y conversan mientras esperan el inicio de la siguiente clase.
Se abrazan, cantan, escriben, escuchan música; otros dibujan o registran en su celular algún momento especial, ubican un espacio para leer, para adelantar la tarea, debatir lo que se dijo en el salón, o bien, charlan con sus profesores en los andadores o se preparan para acudir a sus actividades extracurriculares, sean artísticas, deportivas o científicas. Los alumnos son la razón de ser del Colegio y este 23 de mayo celebran el Día del Estudiante.
Pero ¿cómo definir a los estudiantes del CCH? Al respecto, Mauricio Casillas Álvarez, de cuarto semestre, señala que es una persona que puede aprender por sí misma. “Somos autónomos; a diferencia de otras escuelas, aquí aprendemos a pensar, a razonar, a investigar, es aprender a aprender, como dice uno de sus lemas. También adquieres valores que nos servirán en comunidad (…) aquí existe libertad y se trabaja en equipo. Sin duda su sistema me ha ayudado a ser más abierto”.
Naomi Yarazet Domínguez Ceja, de sexto semestre, considera que el modelo educativo del Colegio posiciona muy bien a sus estudiantes en las carreras que estudiarán a futuro, “y eso me gusta mucho. Te presenta nuevos panoramas, puedes generar muchas teorías sobre lo que pasará con tu vida, te abre hacia otras áreas del saber; además, hay mucha convivencia, trabajo en equipo y te ayuda a socializar con otras personas”.
“Tenemos el método de aprender a aprender, a ser y hacer, y los profesores te dan las herramientas necesarias para que hagamos nuestras investigaciones. Al final, el estudiante de CCH es un ser muy libre que suele expresarse como realmente quiere”, sostiene Mateo Sebastián Hernández Mora, de sexto semestre.
El joven subrayó que en una sociedad se tienen diferentes opiniones y la de un estudiante es necesaria; “estamos adquiriendo conocimiento, pero no bajo una actitud soberbia, como es el caso de algunos profesionistas, que ya no quieren escuchar la opinión de alguien más. En esta institución los estudiantes no tienen miedo de expresarse, porque es una institución autónoma”, dijo.
Comunidad y colaboración
Mariana Valentina Galindo Córdova, de sexto semestre, define a los cecehacheros como una comunidad muy unida, dispuesta a ayudar; “la mayoría somos muy amigueros y extrovertidos, no se nos dificulta hablar ni congeniar con otras personas de otros grupos. Somos muy amables, cálidos y nos gusta mucho divertirnos y la escuela nos gusta mucho”.
Afirmó que “no tenemos miedo de experimentar. Somos críticos, nos gusta cuestionar, saber el porqué de las cosas, encontrar y formular respuestas nuevas, estamos en constante crecimiento tanto académico como personal, si uno sabe hacer una cosa y el otro otra, las unimos y hacemos algo increíble”.
No obstante, resaltó que los cecehacheros son conscientes de los desafíos presentes, “somos ambientalistas y conscientes del cuidado del agua, de las plantas, del problema de la basura. Somos las mentes más nuevas, las del futuro; somos lo que México espera para sobrevivir, no sólo el país sino en el mundo”.
En este mismo sentido se pronunció Lizeth Cortés Martínez, de sexto semestre: “Somos alumnos en formación, pero representamos más que eso. Es decir, aprendemos a aprender, a hacer y a ser para crecer más, esto nos permite deconstruir nuestros previos horizontes, y reformarlos de una manera autocrítica; asimismo nos reafirma nuestras aptitudes y valores individuales”.
Además, los jóvenes del CCH se caracterizan por que son “versátiles, buenos compañeros, alumnos, deportistas o artistas, es decir, podemos realizar diferentes actividades y adquirir muchos valores, ser empáticos, solidarios, el apoyar a otras personas”, comparte Fernando Ulises González Vázquez, de segundo semestre.
Por último, Quetzalli Novaly Memetla Pineda, de cuarto semestre, reveló que en el CCH “aprendemos mucho sobre las problemáticas sociales y la responsabilidad ciudadana (…) Sabemos que tenemos que aportar a la sociedad, de manera académica, deportiva o social”.
Señaló que los cecehacheros pueden hacer la diferencia en la escuela y de manera profesional, cuando concluyan sus estudios, en la sociedad. “Me gustaría ser parte del cambio, de impulsar la educación ambiental en mi escuela, y las formas de inclusión de manera notoria y adecuada”, finalizó.
