Preocupados por el cuidado de su hábitat, los cecehacheros del plantel Oriente cuentan con un Taller de Ecología y cuidado ambiental, donde el pasado 28 de octubre crearon un shampoo sólido, un producto que evita la huella ecológica que deja el jabón líquido convencional.
Ante la actual situación, es necesario fomentar las prácticas que cuiden nuestro entorno, cambiar hábitos para dejar de consumir productos que perjudican al ambiente, afirmó la profesora Julieta Sierra Mondragón, encargada del taller.
En ello coincidió la directora de este centro educativo, Patricia García Pavón, quien se congratuló de que se impulsen proyectos que fomentan el cuidado del medio y que forman ciudadanos más conscientes de su responsabilidad ecológica.
Mariana Ortega y Uriel Jurado, impartidores del taller, quienes son parte del proyecto Fábrica Ambiental, comentaron que el shampoo tradicional es muy contaminante, ya que viene en envases de plástico que generan problemas de residuos y cuyo reciclaje es un proceso complicado.
Además, contiene ingredientes que afectan al medio y a las personas, como “derivados del petróleo, para dar brillo y suavidad, lo cual no significa que el cabello esté sano. Además, cuentan con sulfatos que lo limpian, pero que pueden ser agresivos con el cuero cabelludo”.
Sobre las ventajas del shampoo sólido, afirmaron que una pastilla equivale a 750 ml del líquido, pero sus ingredientes son de origen natural vegetal, sin derivados de animales. Su elaboración requiere poca agua, es fácil de transportar al salir de viaje, no deja desechos en el cabello, evita el problema de los envases de plástico y puede comercializarse para obtener ingresos.
El sólido, agregaron, cuenta con tensoactivos que son sustancias que eliminan la suciedad y son menos tóxicas, así como aceites de procedencia natural, como el coco o la almendra, que humectan el pelo y actúan para que éste no se vea afectado por las condiciones ambientales.
Posteriormente, se explicó el proceso de elaboración del shampoo sólido, para el cual se requiere agua destilada, ya sea de rosas o de otras infusiones de plantas; tensoactivo, aceite graso vegetal como coco o almendra, arcilla blanca, flor de manzanilla triturada y seca y un poco de colorante.
Finalmente, las y los alumnos trabajaron en parejas para elaborar su propia pastilla de shampoo, con la ventaja de que le pudieron dar la forma que desearon, para que fuera un producto más atractivo, ecológico y que reflejara su interés por cuidar el entorno.