Proveniente de familia universitaria, socióloga de formación, y desde hace 27 años docente en el plantel Azcapotzalco del CCH, Gabriela Silva Urrutia tiene una gran responsabilidad con los jóvenes. Por su compromiso demostrado a través de su quehacer educativo, esta casa de estudios le confirió el Premio Universidad Nacional 2023.
En busca de brindar a los estudiantes los conocimientos, habilidades y valores para que continúen con sus estudios a nivel superior, la académica señaló que el CCH “se merece este tipo de reconocimientos y también mi plantel, que está pasando por situaciones muy complicadas. Se lo dedico porque creo que es una forma de reconocer el trabajo de mis compañeros profesores y profesoras, también a mis alumnos; y con mucho amor a mi familia”.
Teniendo a su espalda el campus universitario y los murales emblemáticos de la Biblioteca Central, la docente del Área Histórico-Social compartió que este premio la llena de infinita felicidad y de mucho orgullo.
“Estamos en una institución importante para todo México, este país no sería lo que es sin la Universidad, y la Universidad no sería lo que es sin el CCH. También es una gran responsabilidad, implica representar a esta institución, y continuar con mayor compromiso la principal tarea que es la educación de los jóvenes universitarios”.
Precisamente, en esta importante labor, consideró fundamental recuperar el proyecto educativo original y la herencia intelectual que dejó a los universitarios el exrector e impulsor del CCH, el doctor Pablo González Casanova, uno de los grandes pensadores de América Latina.
“Hoy más que nunca por la condición del mundo, del país, del Colegio, necesitamos su pensamiento progresista, lúcido y creativo en las aulas”.
Sin embargo, desde su visión como académica, también resaltó la importancia de atender la estructura del profesorado del Colegio, en específico, disminuir las desigualdades entre profesores de asignatura y de carrera:
“No solo por una cuestión salarial, sino también por una cuestión de reconocimientos”.
En este sentido, llamó a sus pares a ser solidarios y empáticos como comunidad, y dejar las pautas de categorización y fragmentación social:
“necesitamos en el Colegio una cohesión fuerte para hacer frente a los grupos que lo acechan, y no solo al CCH, sino a la educación pública”.
Además, señaló como indispensable que todos los maestros apoyen a quienes no tienen su examen filtro, “y los que no son definitivos, para que lo logren; a los que son definitivos, para que se hagan de carrera y los de carrera que puedan aspirar a premios y reconocimientos”.
Como resultado, dijo, los profesores que lleguen al CCH tendrán mejores condiciones de profesionalización docente “para que puedan seguir con este relevo generacional”.
Profesionalización docente
En cuanto a la cuestión didáctica y pedagógica, la profesora se pronunció por recuperar el carácter de la profesionalización del docente del nivel medio superior, ya que el bachillerato es el último puente en común que tienen los jóvenes hacia su formación profesional.
“Ello significa requerir de profesores conocedores de su disciplina, pero también de la didáctica, de cómo enseñar sus materias, y del trabajo interdisciplinario y en eso el Colegio tiene mucho que aportar”.
Asimismo, dijo que es importante no olvidar que, académicamente, la esencia del profesor es la pasión y el compromiso por seguir aprendiendo:
“aprendemos de los demás, de la disciplina, de nuestros alumnos, de las autoridades, de los administrativos, y eso es fundamental, es el aprendizaje constante”, resaltó la también exalumna del plantel.
En este sentido, compartió que años atrás trabajó en el seguimiento longitudinal sobre la trayectoria y el rendimiento escolar, además de que coordinó un Seminario enfocado en la profesionalización de la docencia.
También, desde hace dos años participa en el Seminario Multidisciplinario de Medio Ambiente y Ciudadanía, desde donde impulsa la formación de ciudadanos conscientes del bien común, de la solidaridad y de atender los problemas medioambientales.
Enseñar, gran satisfacción
Al referirse a las satisfacciones que le ha generado el ser maestra, compartió que sin duda ha sido cuando un alumno le agradece lo que ha aprendido en su clase:
“hoy, ese alumno tiene una visión diferente y bases académicas sólidas con las cuales, muy seguramente, tendrá éxito a nivel profesional”.
Ese sentimiento también está presente cuando apoya a sus colegas académicos: “me satisface mucho que se hagan definitivos después de tantos años de trabajo docente y que ganen sus plazas de carrera, porque es importante que todos en el Colegio tengamos la posibilidad de ascender socialmente”.
Por último, la académica cecehachera se dirigió a los estudiantes, a quienes recomendó ser partícipes en todas las cuestiones académicas que tengan a su alcance, porque la vida del bachiller es un periodo de la vida definitorio.
“Yo definí mi profesión en el Colegio. Los invito a que vean este momento formativo de su vida como algo excepcional, pero también de mucho compromiso con sus conocimientos porque lo que hoy dejen pasar difícilmente podrán recuperarlo a nivel licenciatura”, finalizó.
