El teatro y la empatía

Representar un papel no es asunto sencillo, sobre todo si el individualismo y el ensimismamiento nos aíslan a pesar de estar inmersos en comunidades físicas y virtuales. Conocer al Otro, comprenderlo e identificarse, o por el contrario, percibir un contraste y asumir un antagonismo, son capacidades poco desarrolladas y estimadas, a pesar del difícil día a día que nos reclama atender las relaciones interpersonales y aprender a convivir.

La literatura es esa ventana al Otro y a universos complejos donde nos es permitido ensayar a ser diferentes o a ser los mismos con mayor convicción. Además de proporcionar infinitas ocasiones de leer el mundo y a quienes lo habitan, es un camino hacia la introspección y la construcción de identidades; por ello el bachillerato es una etapa ideal para ejercitarse en la lectura o incluso iniciarse en ella para nunca declararla como algo completamente terminado.

En particular, el género dramático ha tenido una gran aceptación entre el estudiantado del Colegio de Ciencias y Humanidades, sea para leerlo y comentarlo como para dar un paso más hacia la representación. En ésta son numerosos los aprendizajes por considerar, desde lo procedimental hasta lo actitudinal; así, el espectáculo teatral, gracias al trabajo coordinado en equipo, fortalece el compromiso, la responsabilidad y la empatía. De naturaleza lúdica, la puesta en escena concentra una serie de actividades en las que el ingenio juvenil genera entusiasmo en los mismos docentes.

En el 10º Concurso de Teatro Estudiantil, en honor a la valiosa participación del alumnado y como un festejo especial, un grupo de profesores decidió seguir el proceso creativo que los jóvenes recorren para vivir de cerca la experiencia que cada año ha producido expectativas y alegría en este certamen; como en otras actividades de enseñanza aprendizaje en las que el acompañamiento docente es deseable y necesario, los maestros que se involucran están constantemente repensando su labor y modificando paradigmas.