Desarrollo sustentable

Crecer sin arriesgar el futuro

Los países deben establecer leyes para la protección del ambiente

Crecer sin arriesgar el futuro
Los países deben establecer leyes para la protección del ambiente

A mediados del siglo pasado creció la preocupación por los efectos del proceso de industrialización y del crecimiento económico en el ambiente.

Los científicos observaron que la forma en que la humanidad ha organizado la producción tiene efectos adversos en la naturaleza y el equilibrio ecológico. La explotación de los recursos naturales se ha hecho como si éstos fueran ilimitados, sin pensar en las consecuencias de aprovecharlos de manera tan intensiva.

Frente a la degradación ambiental producida por el uso de los recursos naturales, la comunidad internacional se preguntó: ¿el crecimiento económico puede mantenerse indefinidamente si los recursos naturales son finitos?, ¿se puede seguir creciendo económicamente si los recursos naturales han sido degradados?, ¿se puede cambiar la forma en que utilizamos los recursos naturales para conservarlos a futuro?

Como respuesta a estas preguntas surgió el concepto de desarrollo sustentable, el cual fue definido en 1987 por la Comisión Sobre el Medio Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas como el desarrollo capaz de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades.

El desarrollo sustentable es el primer concepto de desarrollo que incorpora a los recursos naturales como un elemento fundamental del crecimiento económico y de la calidad de vida de las personas. Este nuevo concepto de desarrollo implica cambios en la forma en la que la sociedad se ha relacionado con la naturaleza para producir.

Bajo los principios del desarrollo sustentable la humanidad debe sustituir el uso de los recursos no renovables por aquellos que sí los son, además, el uso de los recursos renovables debe hacerse sin exceder su tasa de regeneración.

La sustentabilidad compromete a todos los países a participar en dichos cambios, pues todos compartimos el mismo planeta y la contaminación que se genera en un lugar afecta al resto del geosistema.

Los países deben asumir una corresponsabilidad ambiental y ética por lo que no se deben importar recursos naturales ni exportar basura que signifiquen la degradación ecosistémica ni el empobrecimiento de otras regiones.

Asimismo, las naciones deben gestionar mejor los recursos naturales que compartimos en las zonas fronterizas como los ríos o las regiones naturales, pues los límites políticos artificiales dificultan la administración de unidades ambientales compartidas.

Además, los gobiernos deben asignar presupuesto a investigaciones que permitan comprender mejor el funcionamiento de la naturaleza, mitigar los daños, restaurar las regiones naturales afectadas y desarrollar tecnología más amigable con el medio ambiente.

También es importante que los países establezcan leyes para el cuidado y la protección del ambiente, así como para la producción y el consumo sustentable. Igualmente, deben ofrecer educación ambiental para sensibilizar a la población sobre la degradación ambiental y sus efectos en la biodiversidad y en la calidad de vida de las personas.

El cuidado del ambiente es un compromiso de toda la humanidad, pero vale la pena preguntarnos: ¿los espacios en donde vivimos están llevando a cabo acciones sustentables?, ¿es viable el paradigma del desarrollo sustentable en un mundo altamente consumista con amplias cadenas de producción a escala global?, ¿es compatible el desarrollo sustentable con el capitalismo global en el que estamos inmersos? 

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