La psicóloga Patricia Valladares afirmó que el Programa Institucional de Investigación y Atención a la violencia y el acoso, de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, “tiene 35 años, creo que fue el primero que surgió en la UNAM para atender la violencia de género y, también, donde se empezó a trabajar sobre el acoso sexual”.
En el quinto módulo del diplomado Feminismo: formación, sensibilización y propuestas didácticas, la especialista hizo un análisis del lenguaje de odio y la violencia en nuestro país, mostró estadísticas de feminicidios y se refirió a las normas mexicanas, internacionales y de la Universidad en la materia.
Señaló la repercusión que se podría lograr si se erradica la violencia de género en la UNAM, o se bajan los niveles, porque la institución está en los mejores lugares del mundo. “Toda la explosión de manifestaciones que se realizaron nos obligó a cambiar, se pudo hacer 30 años antes, pero ahora podemos lograrlo”.
“Ustedes son jóvenes y vienen de toda una historia de violencias, la Universidad puede acogerlos para enseñarles democracia y civilidad de verdad, en el estricto sentido de la palabra, de volverlos no violentos; los docentes son el primer escalón para que los estudiantes lleguen al nivel superior con una nueva visión del mundo y entonces ellos puedan reproducir todo ese conocimiento”, resaltó.
La psicóloga agregó que “los docentes no sólo compartimos conocimientos, deberíamos enseñar relaciones democráticas y pacíficas, ese sería nuestro trabajo principal, y están en el mejor lugar para hacerlo. Hay que estimular la denuncia, empezar con la prevención, hablarlo y visibilizarlo”.
Los cambios estructurales llevan su tiempo, expresó la escritora, pero tampoco que sean en 100 años, antes se podía fumar en el salón de clases de la Universidad, la política de cero tolerancia del cigarro acabó con fumar en las aulas, en uno o dos años la gente dejó de hacerlo.
La docente sostuvo que ahora va a entrar la campaña de comer sanamente por la pandemia y la diabetes, el “descubrimiento” de la comida chatarra, va a repercutir en una política estructural de control, de mejora de hábitos alimenticios para que la gente no tenga diabetes, porque ésta mata, “pues la violencia mata, apenas se declaró una nueva política en contra de la violencia hacia las mujeres, van a aumentar el presupuesto del Instituto de las mujeres”, informó.
