oriente

se extrañan las risas y gritos de los alumnos

Y apareció el águila, una señal de que los universitarios regresaremos más fuertes

se extrañan las risas y gritos de los alumnos
Y apareció el águila, una señal de que los universitarios regresaremos más fuertes

Acostumbrado al bullicio cotidiano, a veces con ruido extremo de risas, gritos y cantos de las y los jóvenes estudiantes, además de reclamos y protestas de profesores, alumnos y administrativos, vinieron a mi pensamiento, en un momento de total quietud, soledad y abandono de nuestro plantel por la contingencia sanitaria.

En un recorrido inusual, esos ruidos ordinarios se transformaron en silenciosos atípicos, sólo alterados por el canto de las aves, el crujir de las ramas, la sirena de las ambulancias o el grito ensordecedor de esa niña que compra: “¡refrigeradores, estufas, o algo viejo que vendan!”

Recorrer uno a uno los edificios, los salones, las canchas, los laboratorios, la biblioteca y los estacionamientos, me hizo mirar hacia atrás para evocar un día de normalidad en el plantel Oriente.

La bulla quizá sea la constante en un plantel que vive cuando hay plena normalidad, cuando la o el alumno cuestiona al profesor, participa en su proceso enseñanza-aprendizaje, interviene en la práctica o participa en el cotorreo y jala pa’ las canchas, solo o con sus amigos.

Eso es vida, y es la razón de ser de un centro educativo, hoy solitario por una contingencia sanitaria que nos ha golpeado a todos por igual, sin embargo, me hizo valorar, otra vez, la importancia de estar en una institución que sigue y sigue a pesar de los pesares, y que contribuye, aún en tiempos de pandemia, en la formación de las y los estudiantes.

La quietud se sentía a lo largo de los pasillos y en las amplias explanadas, sólo la presencia del personal de vigilancia y la mirada penetrante de Lucio Cabañas, en el emblemático mural, me hicieron volver a esta dura realidad que fue transformada con la aparición de varias aves, sobrevolando los espacios hoy añorados por nuestra comunidad.

Entonces, el águila hizo su aparición majestuosa, justo en la explanada del glorioso plantel Oriente, cual ave fénix, me hizo estremecer y me dio ganas de gritar un ¡Goooya!, pues quizá fue la señal de que vendrán tiempos mejores, de que llegará la nueva normalidad con ese espíritu de nuestra raza universitaria, más fuerte que nunca. 

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