Ciencia

su impacto genera respuestas de la sociedad

La aplicación de los resultados tiene beneficios en salud, alimentación, energía, vivienda y hasta equidad

su impacto genera respuestas de la sociedad
La aplicación de los resultados tiene beneficios en salud, alimentación, energía, vivienda y hasta equidad

La voluntad política y social para usar el conocimiento con el fin de resolver problemas, forma parte de la compleja relación entre la ciencia y la sociedad, por ello es importante el estudio de la Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS), así como dar seguimiento a los cambios en  las formas de desarrollar la ciencia en el mundo.

Así lo señaló la doctora Rosalba Casas, investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, durante la conferencia “Las complejas articulaciones entre Ciencia y Sociedad: reflexiones a propósito del Covid-19”, organizada por el Consejo Mexicano de Ciencias Sociales.

La catedrática de la UNAM también destacó que las conferencias virtuales mantienen activa la vida académica en esta etapa de aislamiento y estas actividades acercan el quehacer de las ciencias sociales y su utilidad, durante esta pandemia a un público que antes no era asiduo a estas disciplinas.

Durante esta charla, la doctora Casas hizo un recuento de cómo surgió el campo de la Ciencia, Tecnología y Sociedad a nivel internacional, ya que después de la Segunda Guerra Mundial y durante la Guerra Fría se manifestó la preocupación por los usos militares y la politización de la ciencia, lo que generó un debate entre hacer ciencia con libertad o generar conocimiento científico con fines políticos.

Precisó que “la ciencia es un fenómeno social e histórico y no es un mundo aparte. Muchos de los primeros estudios no concibieron a la ciencia como un recurso social, pero poco a poco se fue demostrando que es importante desentrañar las causas sociales, políticos y económicos que influyen tanto en la generación del conocimiento como en la aplicación de los resultados”.

Algunas de las preocupaciones de la CTS son las prácticas y agendas en la producción del conocimiento social, es decir, la creación de redes de conocimiento, colaboraciones y compromiso social de estas investigaciones.

El desarrollo de vocaciones regionales también es de importancia, pues la investigación debe producirse también en las pequeñas comunidades, así como la regulación social de la ciencia por sociedades científicas, instituciones, universidades, que deben vigilar su proceso y evaluar la productividad.

Recordó que “a finales de la década de los 70, se profesionalizó en América Latina el campo de las ciencias sociales y la investigación de la relación entre generación de conocimiento, ciencias sociales y bienestar social.

“Ahora se estudia sobre las aportaciones de la ciencia a la sociedad: salud, agua, alimentación, energía, comunicación, vestido, vivienda, condiciones de vida, equidad, igualdad".

“Hay que destacar que no todos los impactos de la ciencia son positivos: también hay riesgos en la ciencia, como la contaminación por sustancias químicas o generación de medicamentos, extinción de especies, enfermedades provocadas por productos, efecto invernadero y calentamiento global”.

Para luchar contra el Covid-19 se requiere de ciencia y tecnología, “en los países desarrollados el reto implica la generación y aplicación de conocimiento para generar procesos sociales de respuesta, cómo la sociedad afrontará esta emergencia sanitaria”.

Reconoció que a diferencia de lo que se escucha constantemente, “la pandemia no sólo es un problema sanitario, sino también un problema social que afecta por igual a países desarrollados como en desarrollo”.

Sin embargo “golpea de manera intensa a poblaciones vulnerables y es una epidemia que requiere de la ciencia y la tecnología, así como de políticas sociales y económicas basadas en conocimiento en el corto plazo, esto para evitar una catástrofe mayor de tipo sanitario y una desestabilización económica y social a nivel mundial”.

El constante debate de si el conocimiento debe ser público o privado ha llevado a pronunciamientos inéditos de países y organizaciones mundiales “de dar acceso universal al conocimiento generado por la investigación: vacuna y tratamientos baratos, sanos, efectivos y que sirvan para todos”. 

Compartir: