Curso de verano para los futuros científicos

PEMBU en acción

Cecehacheros aprenden sobre la calidad del aire y los microorganismos

PEMBU en acción
Cecehacheros aprenden sobre la calidad del aire y los microorganismos

En coordinación con Jóvenes hacia la Investigación, en específico con el Programa de Estaciones Meteorológicas del Bachillerato Universitario (PEMBU), se llevó a cabo el Curso de Verano en las instalaciones del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático, dirigido a estudiantes del Colegio de Ciencias y Humanidades y de la Escuela Nacional Preparatoria.

El objetivo de este programa fue impulsar la vocación científica en los estudiantes, por lo que estos tomaron muestras de residuos de plantas para analizarlas en los laboratorios, conocieron el equipo para medir la calidad de aire y aprendieron sobre la importancia de los microorganismos en los ecosistemas.

Para ello, los alumnos de los cinco planteles del CCH, que acudieron motivados por su inquietud personal, fueron divididos en grupos para ser atendidos por diferentes especialistas.

 

Ecosistemas

Como primer punto, Irma Rosas Pérez, del Laboratorio de Aerobiología, realizó una presentación en la que refirió la función y la importancia de los microorganismos. Además, señaló que si no fuera por estos, “no estuviéramos aquí y, sobre todo, no funcionaríamos”.

“Quiero que pierdan la imagen de este planeta Tierra con cubrebocas que adquirimos por el Covid-19. Consideren la idea de que pueden dedicarse a estudiar los microorganismos y ser biotecnólogos, obtener productos para la farmacia y una diversidad de actividades, poniendo los ojos en los microorganismos, que cambien la palabra microflora, que viene desde 1875, y ahora tenemos que adquirir el concepto de microbiota”.

Tras esta charla, la especialista indicó que los jóvenes adquieren una cultura general para ser mejores seres humanos, además de que conocen sobre su cuerpo y medio ambiente a través de este tipo de programas. Asimismo, explicó que también pueden contribuir a mitigar procesos nocivos para la naturaleza.

“Les pido que al escuchar la palabra de microorganismo no sólo piensen en el microscopio y laboratorio, porque sabemos que desean andar en el campo, pueden hacer las dos cosas. El hecho es que, en ocasiones, les falta visión”.

Asimismo, la doctora señaló que la pandemia de Covid-19 fue un ejemplo de la globalización, pues la población, la atmósfera y el agua transportan microorganismos, “pero, ¿creen que podríamos vivir sin ellos? No, la verdad es muy importante que se ubiquen alrededor de ellos, ya que viven en cualquier parte y tienen una función, debemos saber cuándo nos benefician y cuando nos perjudican”.

En ese sentido, explicó la importancia de aprender sobre la composición de organismos dentro de un ecosistema, pues “todos tenemos una función, buena o mala, no nada más hay que contarnos. ¿Cuántos habitantes hay en el planeta? Siete mil millones, nos apabulla el número, pero todo mundo tiene una función”.

“Actualmente han aislado una cantidad impresionante de microorganismos en el deshielo de los glaciales, ¿qué quiere decir? Que en eso hábitats extremos eran capaces de vivir, los están identificando y viendo cuál era su función, microorganismos psicrófilos que viven a menos 40 o 50 grados bajo cero y que son capaces de realizar funciones”, aseguró.

 

Contaminación y calidad de aire

Por su parte, Gema Andraca, especialista en Ciencias Ambientales, abordó el tema del ozono y otras sustancias dañinas que se encuentran en el aire y cómo se producen cuando se ponen en funcionamiento los coches o el gas para bañarnos.

La especialista explicó el término IMECA (Índice Metropolitano de la Calidad del Aire) y realizó un sencillo ejercicio para la medición de ozono en el aire.

Asimismo, mostró cómo se miden las partículas suspendidas totales, habló del ozono nocivo que se encuentra cerca de la población, y del ozono bueno que se localiza en estratósfera y protege de los rayos ultravioletas.

Mientras, Luis Ladino, del grupo de Interacción Micro Mesoescala, informó a los jóvenes que desde el año 2003 el instituto tiene estaciones meteorológicas en los planteles del CCH, las cuales miden temperatura, viento y radiación solar.

“Desde agosto pasado tenemos también unos sensores que miden la calidad del aire que respiran en sus planteles. Además, en la conmemoración del Día Mundial Meteorológico lanzamos un concurso”, resaltó.

Por lo anterior, llamó a los jóvenes a presentar un proyecto utilizando los datos de la estación: “hay un premio de cinco mil pesos al primer lugar y a cada uno de los ganadores, cuatro mil al segundo y tres mil al tercero. La idea es que conozcan lo que hacemos aquí, las herramientas de la meteorología, para que se animen a concursar”, puntualizó.

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