Alejandra Arana Rodríguez

Alejandra Arana ve en la docencia un acto de construcción humana

Alejandra Arana ve en la docencia un acto de construcción humana

La profesora Alejandra Arana Rodríguez fue reconocida por sus 25 años de trayectoria docente en el CCH; desde 1998 aprovechó la oportunidad de impartir clases, además, confiesa que aprendió mejor lo que implicaba ser un cecehachero(a). 

Arana, orgullosa egresada del plantel Vallejo decidió dar clase en el Colegio después de identificar lo que le aportó el CCH, como el constante trabajo colaborativo, el trabajo en equipo y el mantener una comunicación más asertiva. 

Por consiguiente, Alejandra comentó que fue ejercitando la lectura crítica, no sólo de libros sino también de su contexto, por lo que debía investigar mucho y, en una época sin internet, la biblioteca era uno de los espacios donde más trabajaba. Recuerda también que escribía mucho, analizaba con sus compañeros en plenaria y en equipos; exponían y participaban. Por ello, el CCH creó en ella un sentido de pertenencia profundo que aún sigue presente, ella afirma: 

"Disfruto estar con mis alumnos y que ellos disfruten aprender; así como el ambiente de comunicación que se construye con ellos, porque al trabajar en equipo y fungir como guías en el proceso educativo se entabla un diálogo cercano. Esta comunicación diaria y constante vuelve la docencia un acto de construcción humana: escuchando a los jóvenes, dialogando con ellos, no sólo los vamos conociendo, sino que también vamos conociendo aspectos de nosotros mismos". 

Para impactar en sus alumnos, Arana Rodríguez considera que hay más de un nivel en el que se puede contribuir; el primero e inmediato es el currículum oculto, las acciones diarias sin la intención educativa: trabajar de manera constante y ética, por ejemplo, comenzar temprano la clase, llevar materiales preparados y significativos, estar al pendiente de las actividades de los alumnos o que los alumnos vean congruencia entre palabras y acciones; que trabajemos entre nosotros escuchando con atención y respeto; que en los debates que se ofrezcan argumentos. 

Del mismo modo, un segundo nivel es el planeado, como el incluir actividades sobre temas que promuevan la reflexión; agrega que han realizado actividades en el espacio público, mediante proyectos donde los jóvenes realizan actividades fuera del salón para trabajar con los demás. 

Alejandra aprende a aprender mediante la reflexión sobre el trabajo realizado en clase, en bitácoras donde se registra el avance, las dificultades, la metodología; en el trabajo fuera de aula con recursos como el virtual; aplicando estrategias para que reelaboren la información, por ejemplo. Así mismo, el aprender a hacer se refleja en el uso de estrategias para comprender textos; aplicando contenidos de la materia en proyectos. Y, por último, el aprender a ser está inmerso sobre todo con las conductas que implica el currículum oculto; también con rúbricas para que ellos evalúen y se autoevalúen. 

La académica afirma que su mayor vocación es trabajar con los jóvenes, tanto en aula como fuera de ella, porque el objetivo de esto es disfrutar y que ellos disfruten lo que hacen en el salón.

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