curso resilencia

Capacidad para reponerse y adaptarse ante la adversidad

Autoconocimiento, la regulación emocional y herramientas, la clave

Capacidad para reponerse y adaptarse ante la adversidad
Autoconocimiento, la regulación emocional y herramientas, la clave

La actual crisis sanitaria ha puesto a prueba a los seres humanos en diversos escenarios: personal, social, familiar y económicamente; cada uno ha tenido que resolver cómo enfrenta el aislamiento, la soledad, la paralización de proyectos, perder algún ser querido o enfermarse, y otros no han logrado aún recuperarse y habituarse a las nuevas circunstancias; a la capacidad de adaptarse o sobreponerse a la adversidad se llama resiliencia.

En momentos difíciles es cuando uno tiene que salir adelante, por ejemplo, cuando aprendes a nadar, sientes que te ahogas, ese es el momento en que se tiene que sacar todas las habilidades para salir a flote, aunque no necesariamente tiene que ser una crisis o un evento traumático cuando se genera la resiliencia, también en la cotidianidad, afirmó Libia Gómez Altamirano, de la Dirección General de Orientación y Atención Educativa (DGOAE). 

La especialista, que imparte actualmente el curso Cómo ser un alumno resiliente a estudiantes de bachillerato, destacó esta capacidad que permite a los estudiantes adaptarse ante la adversidad y desarrollar competencia social y académica, a pesar de estar expuestos a un estrés normal o grave, “no solamente se trata de adaptarse o sobrevivir, sino, sobre todo, salir fortalecido”.  

En el fondo sabemos que la tenemos, precisó, simplemente falta reconocerla y saber qué recursos hay para salir adelante, tanto personales como externos, y para ello se necesita de ejercicios introspectivos, los cuales se trabajan en el curso. “Los chicos descubren con qué cuentan, y se sorprenden de no haberlas descubierto antes”, aseguró la psicóloga.  

Por ejemplo, continuó, la familia, los amigos, algún grupo de espiritualidad, como también la red de apoyo que ofrece la UNAM, a través de cursos o talleres, no obstante, hay ocasiones en que cuadros de depresión o tristeza aíslan a los jóvenes y no pueden acceder a éstas. 

Para un adolescente, explicó, romper con la pareja sentimental es un evento muy difícil de lidiar y hasta han pensado en suicidarse. O bien, no pasó un examen, lo que puede llevarlo a pensar que no es capaz de nada, es en esos momentos que también se puede generar resiliencia.

El hecho es que siempre está presente, sólo hay que saber reconocerla, es algo que podemos desarrollar.

El ABC

En el proceso de trabajar la resiliencia, la especialista destacó que el primer paso es el autoconocimiento, “en la medida que los chicos puedan conocer sus fortalezas, cualidades, cómo reaccionan y lo comunican, mientras más se conozcan serán más resilientes”. 

El segundo, dijo, tiene que ver con la regulación emocional, reconocer lo que sienten y validarlo, “se vale sentirnos frustrados, tristes, enojados, pero hay que saber cómo poder canalizarlo, sacarlo de modo que no me hagan daño”.

Y el tercero es tener herramientas para afrontar el problema, “tal vez contar con buen humor, tener creatividad, y saber tomar una decisión, entre otros”.  

En este proceso, la especialista recomendó dos textos que pueden ser consultados tanto por los jóvenes como por los maestros: Resiliencia en la escuela, de Henderson y Milstein, en donde se hace una caracterización de cómo debe ser tanto el currículo, el ambiente, los alumnos y profesores para generar resiliencia en la escuela. Y Los patitos feos, de Boris Cyrulnik.

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