pagina 57

Una crítica a Long, Long Time

Un episodio, que parecería alejarse del hilo principal, marca decisiones futuras

Una crítica a Long, Long Time
Un episodio, que parecería alejarse del hilo principal, marca decisiones futuras

Apropósito de un terrible inicio de temporada para la segunda parte de The Last of Us, me permito desempolvar de la memoria el aplastante e insuperable tercer capítulo de la primera temporada de Long, Long Time.

Visto por 6.4 millones de espectadores tan sólo en Estados Unidos en su primer día y considerado por la crítica como el mejor episodio de la temporada, este evento llegó como una brisa de aire fresco en la televisión.

“La suerte de uno es la desgracia de otro”, dice el dicho. En un mundo disgregado, donde los humanos vuelven a su primitivo instinto de supervivencia, surge una historia de amor de difícil concepción en otra realidad.

Bill es un profesional en supervivencia que se rehúsa a la evacuación forzada implementada por los organismos de “control” restantes.

Escondido en su sótano, logra evadir al nuevo orden y establecer un sistema de vida autosuficiente, donde no tiene mayor preocupación que el ocasional aviso de merodeadores, así como pasar el día a día, hasta que llega Frank.

Atrapado en una de las trampas de Bill, Frank es un sobreviviente de la extinta Zona de Cuarentena de Baltimore.

Así, por primera vez y durante 15 años, Bill experimenta el miedo por perder a Frank. A pesar de todo, ambos encuentran la felicidad y la libertad absoluta en aquella pequeña isla, entre el mar de monstruos a su alrededor.

Sin nadie que los juzgue, ni estatutos que rijan sus vidas, ambos ejercen su voluntad al punto de recurrir a la eutanasia ante la inevitable muerte de uno de ellos, así como el desinterés del otro por una vida sin su compañero.

Resulta increíble como un episodio que parecería alejarse del hilo principal, marca las decisiones a tomar en el futuro del viaje de Joel y Ellie.

“Hay una persona a la que valía la pena salvar”, una oración en la carta final de Bill que termina por sellar la decisión de Joel por salvar a la niña al final de la temporada.

En semejante distopía, el amor parece inconcebible. Requirieron zombies y la instauración de un sistema fascista para la convergencia de la pareja, cuya historia nos recuerda que tener algo que perder, nos da algo porqué vivir.

A palabras de Linda Ronstadt, “el amor perdurará”, tan solo hay que coincidir con quién amar “por mucho, mucho tiempo”. 

Compartir: