Nuestra historia es sólo un pequeño capítulo de una historia más grande: la evolución de todos los seres vivos. Podemos reconocer la conexión con nuestros parientes más cercanos (los simios), pero si sabemos buscar, podemos encontrarla en otros mamíferos o en aves, peces, reptiles e incluso en insectos. Mientras más profundizamos y retrocedemos, nos damos cuenta de que todos los seres vivos evolucionaron desde un punto inicial.
Lo anterior forma parte del argumento del documental Evolución: Las grandes transformaciones, el cual fue proyectado en línea como parte del programa “Nuestra Nueva Realidad, Jueves de Ciencia”, del ciclo de documentales de Fundación UNAM donde se abordan distintos temas con expertos nacionales e internacionales.
En este trabajo de investigación audiovisual, se menciona que el árbol de la vida se ha ramificado durante cuatro mil millones de años, pero ahora se pueden seguir sus ramificaciones hasta las raíces hace 50 millones de años, cuando algunos mamíferos terrestres evolucionaron a criaturas marinas.
“La civilización humana data de hace miles de años, pero comparados con la edad de la Tierra, los humanos acabamos de llegar. La Tierra es muy vieja. Si tomamos su historia desde hace cuatro mil 600 millones de años al presente, fuimos construidos por las mismas fuerzas que ayudaron a construir toda la vida. Para entender nuestra presencia necesitamos remontarnos a mucho antes de nuestros orígenes”, señala el documental.
Descubriendo el origen
En el trabajo filmográfico, dirigido por Kate Churchill y Richard Hutton, se afirma que las ballenas son los animales más grandes que existen, pero por largo tiempo su origen fue un misterio científico.
“Son tan diferentes a otros mamíferos que no se les puede relacionar fácilmente. Los mamíferos aparecieron en el planeta hace aproximadamente 20 millones de años, son de tierra caliente, paren crías vivas y respiran aire, todas ésta son adaptaciones de la vida en la Tierra”.
Sin embargo, se cuestionó cómo las ballenas y los delfines, al ser mamíferos, pueden vivir en el agua: “¿cómo evolucionaron las ballenas? Philip Gingerich se trasladó a Pakistán, donde tuvo un hallazgo que reescribía una de las historias más grandes de la evolución. Encontró la parte posterior de un cráneo que no pudo identificar”.
El hallazgo explicado en el documental estableció un parecido al cráneo de un lobo, pero el fósil tenía una protuberancia en la parte interna del oído, una característica que sólo se encuentra en las ballenas.
El paleontólogo de la Universidad de Michigan estaba intrigado y se preguntó si sería un importante eslabón perdido, la evidencia de una de las afirmaciones más famosas de Charles Darwin: que las ballenas evolucionaron de mamíferos terrestres.
“Para saberlo con seguridad, se necesitaba encontrar más fósiles que mostraran las etapas de la transformación de la ballena, formas de transición. Para ello, el investigador fue al desierto del Sahara, donde hace 40 millones de años había mar. En el Valle de las Ballenas encontró esqueletos, pero se decepcionó porque casi todos los huesos pertenecían a una ballena llamada basilosaurio, un animal que la ciencia ya conocía”.
No obstante, de acuerdo con el documental, el experto logró encontrar una pieza fundamental tras varios días de excavación: un resto fósil que tenía patas, huesos pequeños que eran dedos y huesos de pierna, la evidencia decía que en algún momento las ballenas fueron animales de cuatro patas.
“Después de millones de años, las patas delanteras se transformaron en aletas y las traseras desaparecieron, los cuerpos perdieron el pelo y tomaron su familiar forma aerodinámica. Los huesos no fueron la única evidencia de su evolución, su origen también fue visible en la forma en que se mueven: no nadan como peces, usan su columna como los mamíferos cuando corren”.
Por lo anterior, se explicó que los primeros animales de la Tierra vivían en el agua, pero en algún punto salieron:
“si no se hubiese hecho esa transición, no estaríamos hoy aquí. Las primeras criaturas que dejaron el agua empezaron algo importante, sus descendientes evolucionaron en los reptiles de hoy, en aves y en mamíferos”.
Exploraciones
De acuerdo con especialistas, los animales aparecieron en la Tierra durante una breve explosión hace casi 570 millones de años, fenómeno que es conocido como explosión campriana.
En 1913, el paleontólogo Charles Weaver descubrió miles de fósiles detallados en Canadá; estos animales, todos marinos, quedaron atrapados en un alud de fango durante 500 millones de años. El suelo marino los sepultó y se elevó hasta convertirse en la cima de una montaña.
“Pero, ¿cómo cambiaron? Cuando los científicos hallaron la respuesta quedaron estupefactos, porque era tan simple (…) En un experimento de moscas de frutas descubrieron que los genes actuaban como arquitectos del cuerpo y si uno de éstos actuaba en el lugar equivocado, provocaba cambios extraordinarios”.
Por último, en el documental se explicó que la búsqueda de un siglo había terminado, la maquinaria genética del cuerpo resultó ser un puñado de poderosos genes, de pronto la semejanza entre animales fue comprensible.
“¿Y qué pasa con nosotros? Tenemos los mismos genes que otros animales, pero ningún otro animal diseña, crea como nosotros, parecemos especiales, pero no es así. La transformación del hombre no fue distinta, nuestro momento crucial parece ser cuando nuestros ancestros dejaron los árboles y empezaron a caminar en dos pies y eso, se cree, fue hace más de 4 millones de años”, concluyó.