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Análisis de Esto no es lo que parece

Esta obra cuestiona desde dónde nos miramos, cómo lo hacemos y los efectos que tienen en nuestros cuerpos

Análisis de Esto no es lo que parece
Esta obra cuestiona desde dónde nos miramos, cómo lo hacemos y los efectos que tienen en nuestros cuerpos

En Coyoacán, el Teatro Santa Catarina se convirtió en el escenario de una propuesta escénica que desafía las convenciones teatrales y sociales: Esto no es lo que parece, una coproducción entre Teatro UNAM y la compañía Pentimento, bajo la dirección de Isabel Toledo.

Esta obra no sólo ofreció una experiencia teatral, sino también una invitación a reflexionar sobre cómo miramos, desde dónde lo hacemos y qué implicaciones tiene esa mirada en la construcción de nuestros cuerpos y subjetividades.

 

Una obra que nace del cuidado

Esto no es lo que parece se construyó en plena pandemia, con un grupo de creadoras en un laboratorio de investigación escénica.

En ese espacio de escucha, escritura y performance se tejieron vínculos que dieron forma a esta obra y a otras piezas, como Nosotras somos el tiempo, presentada en espacios de la Ciudad de México y Jalisco. El proceso creativo se basó en una red de cuidado y placer, donde las experiencias personales se transformaron en potencia común.

 

Vínculo con el teatro documental

Aunque Esto no es lo que parece no se presenta explícitamente como una obra de teatro documental, su estructura, enfoque y estética dialogan profundamente con este género escénico.

El teatro documental se caracteriza por utilizar materiales reales, testimonios, archivos, entrevistas, documentos históricos como base para la creación escénica. Su objetivo no es representar una ficción, sino construir una narrativa que emerge de lo vivido, lo registrado y lo compartido.

En esta obra, las actrices no interpretan personajes ajenos: se presentan a sí mismas, compartiendo fragmentos de sus biografías, experiencias corporales y reflexiones íntimas sobre la violencia estética. Este gesto de exposición personal, sostenido desde el cuidado colectivo, convierte el escenario en un espacio de archivo vivo. Cada cuerpo en escena es testimonio, documento y resistencia.

Además, el uso de proyecciones, imágenes y materiales audiovisuales generados durante el proceso creativo refuerza esta dimensión documental.

No se trata de ilustrar la escena, sino de construir una capa de memoria que acompaña y amplifica las voces en presente. La dramaturgia se convierte así en una forma de archivo afectivo, donde lo personal se vuelve político y lo íntimo se transforma en común.

Esta relación con el teatro documental permite que la obra se inscriba en una tradición escénica que busca interpelar al espectador desde la verdad emocional, la experiencia compartida y la urgencia de nombrar aquello que suele permanecer invisible.

En lugar de representar, Esto no es lo que parece presenta. Y en esa presentación, nos invita a mirar con otros ojos, a escuchar con otros oídos y a sentir con otras memorias.

 

La construcción de la obra

Las creadoras escénicas Karen Sawí Basurto, Edurne Goded, Daniela Luque, Michelle Menéndez y Tae Solana Shimada comparten en escena sus biografías, revelando cómo la mirada social ha moldeado la percepción de sus cuerpos.

Esta dramaturgia colectiva se construyó desde la escucha mutua, convirtiendo las voces individuales en una voz coral que interpela al público.

El vestuario, por ejemplo, parte de la decisión de cada actriz sobre cómo quiere ser vista en escena, rompiendo con los estereotipos impuestos.

La escenografía, la iluminación y el diseño multimedia —a cargo de Natalia Sedano y Miriam Romero León— crean un juego de capas entre lo documental, el archivo y la ficción, que refuerza el carácter íntimo y político de la obra.

La música original de Macarena Guerrero y las proyecciones audiovisuales generadas durante el proceso creativo acompañan la narrativa, construyendo un espacio donde las actrices habitan y son dueñas de la escena. Este territorio escénico se convierte en un lugar de resistencia, imaginación y memoria compartida.

 

Una invitación a mirar distinto

Esto no es lo que parece no busca ofrecer respuestas, sino abrir posibilidades. Interpela a quienes han sentido el peso de la violencia estética sobre sus cuerpos, pero también a madres, abuelas, amigas y hermanas que forman parte de esas historias. Además, convoca a quienes se dedican al teatro y desean pensar otras formas de crear.

La obra propone una experiencia donde quien mira se involucra de otro modo, con otras claves y sensibilidades. Mirar nos recuerda, no es un acto neutral. Por eso, desde el lenguaje escénico se cuestiona la construcción patriarcal de la mirada y se ensayan nuevas formas de estar, mirar y crear juntas.

Para la comunidad estudiantil del CCH Esto no es lo que parece representa una oportunidad de acercarse al teatro como herramienta de reflexión y transformación social.

Más allá de la estética, la obra invita a pensar en nuestras propias relaciones con el cuerpo, el tiempo y la mirada. ¿Cómo habitamos nuestros cuerpos en un mundo que constantemente nos exige cambiarlos? ¿Qué significa mirar con cuidado, con empatía, con conciencia?

En tiempos donde la imagen domina y los estándares de belleza se imponen desde todos los frentes, esta obra nos recuerda que el teatro puede ser un espacio para resistir, imaginar y construir nuevas formas de estar en el mundo. Porque, como bien dice su título, esto no es lo que parece… es mucho más. 

 

Ficha Técnica

  • Esto no es lo que parece
  • Concepto original y dirección: Isabel Toledo
  • Con: Karen “Sawí” Basurto, Edurne Goded, Tae Solana Shimada, Michelle Menéndez y Daniela Luque.
  • Coproducción: Pentimento y Teatro UNAM
  • Diseño de espacio, iluminación y vestuario: Natalia Sedano
  • Diseño de multimedia: Miriam Romero León
  • Música original: Macarena Guerrero
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