Noticias e información van y vienen, corren, literalmente, como agua en internet y redes sociodigitales (Facebook, X, TikTok, Instagram y YouTube), además de la Inteligencia Artificial Generativa, con apariencia de ser verdaderas… pero no lo son.
Fake news (noticia falsa) es una información que se presenta como si fuera noticia real, pero que en realidad es engañosa, manipulada o inventada, con el objetivo de crear confusión y, a veces, temor entre las personas.
Su característica principal es su apariencia de ser veraz, pero detrás de ellas existen propósitos diversos: desde desinformar, hasta influenciar o viralizar cierto contenido.
Con la desinformación se busca confundir o manipular a la opinión pública; al influenciar, se favorecen intereses políticos, económicos o ideológicos; y con la viralización se trata de aprovechar titulares llamativos para conseguir visitas, clics o difusión en redes sociales.
Algunos ejemplos son titulares sensacionalistas que exageran; fotos que son sacadas de contexto; declaraciones que nadie realizó; y la difusión de teorías conspirativas, sin pruebas y que generan psicosis.
¿Cómo identificar una fake news?
- Revisa la fuente: ¿El medio es confiable y conocido? ¿El sitio web parece oficial o sospechoso? Si se trata de una página extraña o recién creada… ¡alerta!
- Lee: Checa la información más allá del titular, ya que la mayoría de las noticias falsas usan textos sensacionalistas o exagerados que no corresponden con el contenido.
- Verifica la fecha: A veces circulan noticias viejas como si fueran actuales. También algunas corresponden a hechos ocurridos en otros países.
- Quién es el autor: ¿La nota está firmada? ¿Quién la escribe? ¿Es periodista?
- Comprueba: Busca la información en otros medios, ya que si sólo aparece en un sitio poco conocido, podría ser falsa. Ubica la noticia en un medio serio.
- Precaución: Antes de darle un like a un post, aunque sea de un contacto o conocido tuyo, es recomendable corroborar si es verdad o no.
- Examina imágenes y videos: Las fotos y videos pueden estar manipulados o sacados de contexto, por lo que puedes realizar una búsqueda en algún navegador como Google o TinEye para confirmar su veracidad.
- Chequea en verificadores: Consulta sitios creados para desmentir las fake news.
¿Qué hacer con una fake news?
¡No la compartas! Porque al reenviarla sólo ayudas a que se difunda más y contribuyes a la desinformación.
¡Denuncia! Redes sociales como Facebook, X, Instagram, WhatsApp y YouTube cuentan con opciones para reportar contenio falso o engañoso.
Los efectos de la posverdad, de acuerdo con Trejo Delarbre
Con suma facilidad, noticias e informaciones falsas se generan y corren por las diversas redes sociodigitales (YouTube, Facebook, Instagram, X, TikTok…), aparentando ser verdaderas y creando confusión entre las personas.
“El problema radica en que, con demasiada frecuencia, esas noticias e informaciones falsas no son verificadas, y en que una gran cantidad de personas no las consumen más que en dichas redes sociodigitales”, afirmó Raúl Trejo Delarbre, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales e investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.
En opinión de Trejo Delarbre, quienes de manera deliberada construyen falsedades con apariencia de noticias o informaciones verídicas son aquellos que están dedicados a dislocar la conversación pública para favorecer a una persona, una causa o intereses específicos, o bien para perjudicarlos.
“Incluso hay gobiernos que tienen agencias destinadas a propalar mentiras en las redes sociodigitales. Por ejemplo, a decir de The New York Times, el servicio de inteligencia ruso cuenta con un área desde la cual centenares de operadores difunden todos los días, en distintos idiomas, noticias falsas, y de ese modo ha llegado a afectar elecciones en otros países, como ocurrió con las de Estados Unidos hace algunos años, o a distorsionar lo que sucede a partir de la invasión de Ucrania”.
Según Trejo Delarbre, la posverdad puede tener distintos efectos: desde la perturbación momentánea de las personas hasta la devastación de la democracia. No hay que olvidar que todas las sociedades hacen descansar su participación cívica –o sea, el involucramiento de los ciudadanos en los asuntos públicos y, por lo tanto, la solidez o no de la democracia– en la calidad de la información que tienen.
Sólo si aprendemos a distinguir entre las mentiras y los asuntos reales, entre el fanatismo violento o autolesivo y los temas enriquecedores, podremos lograr que los contenidos enfermizos dejen de tener tantos seguidores y simpatizantes”.
Raúl Trejo Delarbre
Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales e investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM
