El artista estadounidense Andy Warhol, figura central del Arte Pop, es reconocido por sus icónicas serigrafías de las latas de sopa Campbell’s o el retrato de Marilyn Monroe. Sin embargo, también cultivó una afición menos difundida: la fotografía. Su necesidad de registrar la vida cotidiana encontró en la cámara Polaroid la herramienta ideal para capturar instantes efímeros que ahora conforman una nueva exposición en México.
Bajo el título Warhol y su obturador fugaz. Colección Luckman/Cal State LA, la muestra reúne más de setenta piezas, entre polaroids, serigrafías e impresiones fotográficas en gelatina de plata. Se presentará por primera vez en el país, del 3 de octubre al 9 de noviembre, en la Sala 4 de Casa del Lago UNAM.
El curador Adalberto Charvel, quien organizó previamente la exposición en Los Ángeles, destaca que se trata de una mirada íntima al proceso creativo de Warhol, distinta a lo que proponen otras exhibiciones del artista.
Para el museógrafo Beruz Herrero, el valor radica en mostrar los estudios fotográficos como parte esencial de su búsqueda artística. Las piezas fueron adquiridas por The Andy Warhol Foundation for the Visual Arts y el Photographic Legacy Project para ser donadas a distintas universidades.
Uno de los principales retos fue el montaje de las polaroids: en lugar de mostrarlas en mesas horizontales, se optó por una presentación vertical al centro de la sala, lo que permite apreciar el diálogo entre fotografías y serigrafías. La museografía utiliza como ejes cromáticos el azul y el plata: el primero evoca el pop de los años 60 y la publicidad, mientras que el segundo remite al mítico estudio The Factory. La alfombra y los elementos visuales generan una experiencia inmersiva que conecta al espectador con la estridencia del pop.
Las imágenes incluyen retratos de figuras como Carolina Herrera o el músico Billy Squire, junto con rostros anónimos que reflejan el interés de Warhol por documentar tanto a personalidades como a desconocidos. Para Charvel, este gesto subraya la intención del artista de visibilizarlo todo y a todos, reafirmando su obsesión por capturar el pulso de su tiempo.
Con esta propuesta, la Casa del Lago UNAM ofrece una oportunidad única de acercarse a un Warhol más personal, donde cada disparo de Polaroid revela no sólo su mirada sobre la fama, sino también sobre lo cotidiano.
