Homenaje a las maestras y maestros

Ser maestro significa estar en posesión de los medios conducentes a la transmisión de una civilización y una cultura; significa construir, en el espíritu y la inteligencia del niño [y del joven], el panorama cultural necesario para capacitar su ser en el nivel social contemporáneo y, a la vez, estimular todo lo que en el alma infantil [y juvenil] haya de bello, de bueno, de aspiración a la total realización. Doble tarea, pues: la de instruir, educar, y la de dar alas a los anhelos que existen, embrionarios, en toda conciencia naciente. El maestro tiende hasta la inteligencia, hacia el espíritu y finalmente, hacia la esencia moral que reposa en el ser humano. Enseña aquello que es exterior al niño [y al joven]; pero debe cumplir asimismo el hondo viaje hacia el interior de ese espíritu y regresar de él trayendo, para maravilla de los ojos de su educando, la noción de bondad y la noción de belleza: ética y estética, elementos esenciales de la condición humana.

Julio Cortázar

 

Reconocer la trayectoria de las y los docentes representa una magnífica oportunidad para agradecer a este importante sector de la comunidad del Colegio y la Universidad por todo el trabajo realizado a favor de las alumnas y los alumnos, ya que su compromiso trasciende los procedimientos de una tarea rutinaria y se eleva, desde la práctica en los salones, laboratorios y demás espacios escolares a un ámbito de creación, donde se enseña a aprender a aprender, a hacer y ser, según los principios pedagógicos del Modelo Educativo del Colegio de Ciencias y Humanidades.

A lo largo de los 51 años de existencia del CCH, ha sido el profesorado el que dio vida a una utopía revolucionaria que ideó don Pablo González Casanova, y un importante grupo de académicos universitarios, cuyos aportes al ámbito de la educación media superior aún siguen vigentes. En este sentido, a los docentes del Colegio correspondió poner en marcha el plan y los programas de estudio originales, preparar los materiales didácticos emergentes, impulsar el trabajo colegiado y la formación de sus pares; todo ello en un tiempo récord, lo cual ha sido, desde entonces, un fuerte testimonio de compromiso con un proyecto innovador y de vanguardia, que ha sido retomado para la reforma del bachillerato nacional.

En los últimos dos años, a causa de la pandemia, el profesorado volvió a mostrar, como en otros momentos de la historia del Colegio, su capacidad de resiliencia y de solidaridad para superar la difícil prueba del cambio abrupto de una práctica educativa presencial por otra en línea. Y fue en estos momentos cuando el Colegio equipararon su lucha a la de los fundadores de los años setenta, para preparar materiales didácticos y hacer uso de las nuevas tecnologías aplicadas a la docencia y al aprendizaje en línea.

Este enorme esfuerzo dio cuenta, una vez más, no sólo de una acendrada vocación docente a, sino del profundo cariño que las maestras y los maestros sienten por el Colegio de Ciencias y Humanidades, el cual también los ha formado como guías y líderes del alumnado, con un fuerte compromiso social. Se dice que los docentes “son aquellos que dejan una fuerte huella en muchos seres humanos”, son los que trascienden a través de sus alumnos, y este es el caso de los profesores del plantel Naucalpan; ¡Muchas felicidades a quienes hoy reciben un merecido reconocimiento por su extraordinaria labor! 

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