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Una crítica a Materialists

Celine Song explora el amor superficial, basado en la idea de un negocio

Una crítica a Materialists
Celine Song explora el amor superficial, basado en la idea de un negocio

  

Celine Song se consolidó como una de las directoras más talentosas de la actualidad después de Past Lives, un retrato realista del amor moderno a través de la pérdida de una identidad abandonada. 

Dicho filme tuvo éxito porque era fácil empatizar con la protagonista y su historia: en la época de la hiperconectividad, es sencillo reencontrarse con viejos amores, revivir heridas y cuestionarse quién fuiste.

En Materialists (Amores materialistas), Celine Song explora otra faceta del amor moderno: el amor superficial, basado en la idea de un negocio, una transacción, un contrato que finalmente es el objetivo legal de cualquier matrimonio, dejar por escrito el patrimonio que van a construir juntos.

Bajo esta realidad, una casamentera, Lucy (Dakota Johnson), conoce a Harry (Pedro Pascal), un millonario exitoso que cumple con todos los requisitos que la protagonista busca en un hombre: desde lo físico hasta la personalidad y el matrimonio, él es el candidato perfecto. Sin embargo, en ese momento Lucy se reencuentra con su exnovio, John (Chris Evans), un mesero que se esfuerza por alcanzar su sueño de convertirse en actor.

Materialists se presentó como una comedia romántica más del montón, casi como una especie de duelo entre dos superestrellas de Hollywood que se han caracterizado por su atractivo ante el público femenino.

La película se vendió con la pregunta: “¿cuál es el galán ideal?”. Sin embargo, esto fue solo una fachada inventada; la verdadera historia es la de Lucy, resignificando su visión del amor, dejando de verlo como una lista de requisitos y empezando a priorizar los sentimientos sobre cualquier otra cosa.

La idea es noble, honesta y valiosa. Sin embargo, hay dos factores que terminan sentenciando a Materialists como una película mucho más simple. La primera es el mensaje final, tan claro como el de cualquier otra comedia romántica: “El amor lo puede todo; siempre elige el amor sobre lo material”.

La segunda es un desenlace que parece demasiado idealizado y romantizado para la visión realista que Celine Song suele reflejar en sus historias. Este final ha sido muy criticado.

Materialists termina por ser una película que deja mucho que desear: mientras describe con precisión a una sociedad materialista, a personas que solo buscan llenar huecos en una lista y que proyectan sus propias expectativas en sus parejas, también cae en una visión idealizada del amor.

A esto se suma que la protagonista regresa con una expareja que no parece haber crecido como persona… sin embargo, volver a caer en los mismos errores, ¿no es acaso la visión más realista del amor moderno?  

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